¿Sólo madres adolescentes?

¿Sólo madres adolescentes?

En una publicación reciente de registros administrativos de Salud Pública se establece que el 58% de los nacimientos del 2011 se produjeron a través de madres adolescentes.

¿Quién es responsable de estos embarazos?

El embarazo en la adolescencia en nuestra sociedad  tiene un abordaje sexista reducido al sexo femenino. El sexo masculino no se presenta como responsable ni co-participe.

El padre adolescente es invisible en nuestra sociedad y no recibe ningún tipo de presión social. Son escasos los esfuerzos y recursos que se dedican a trabajar con la población masculina adolescente desde su sexualidad en prevención de embarazos y enfermedades.

¿Cuáles programas se dedican a reducir “la paternidad adolescente” o a prevenirla? lo que ocurre con la “maternidad adolescente”. Las estadísticas no revelan ¿qué porcentaje de hombres son o fueron padres adolescentes? ¿De cuántos hijos, con cuántas mujeres diferentes?

En el estudio cualitativo que hicimos junto a Miguelina Kelly, publicado por Conapofa (2008) se analiza la maternidad y paternidad adolescente.

En la investigación se muestra que los padres adolescentes no son expulsados de los centros educativos como ocurre con las madres adolescentes, ni se tiene información sobre ellos, no son una preocupación para el sistema educativo.

En muchos casos los adolescentes embarazan más de una joven y tienden a tener paralelamente varios hijos a temprana edad. La responsabilidad paterna es débil y deficiente. Son muchos los jóvenes que tienen hijos e hijas y no pagan pensiones por ellos ni tienden a ser sometidos a la justicia por incumplimiento de responsabilidad paterna.

Desde la niñez aprenden que tener varias novias es indicador de virilidad y su masculinidad se mide en función de ello, es  “más macho”. Este aprendizaje se extiende a la adolescencia con prácticas de varias parejas adolescentes paralelas a quienes embarazan pero no asumen ninguna responsabilidad.

En nuestra sociedad debe abordarse el embarazo en la adolescencia como un fenómeno de pareja hombre-mujer no solo de la mujer. Los jóvenes adolescentes deben ser educados para prevenir un embarazo en el que ellos tienen una participación activa y concientizarse de sus consecuencias y sus responsabilidades.

Debe producirse una ruptura con la desigualdad en la visión de la sexualidad como solo permitida para los hombres, los que no asumen ninguna responsabilidad en la misma. Este exceso de permisividad masculina influye en el incremento de enfermedades de transmisión sexual y VIH-SIDA, además de los embarazos en la adolescencia. 

La educación sexual en derechos sexuales y reproductivos debe ser una prioridad en el sistema educativo para el sexo femenino y masculino entendiendo la responsabilidad de los embarazos y las enfermedades como de ambos sexos y de toda la sociedad. 

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