¿Solo o mal acompañado?

¿Solo o mal acompañado?

HAMLET HERMANN
No sé por qué me he formado la idea de que el presidente Leonel Fernández está sólo en su gobierno. Es apenas una apreciación subjetiva pero no por eso desdeñable. Debo aclarar que soledad no significa estar solo. «El Hombre» sale retratado todos los días con decenas de personas, pala en mano o pluma en ristre. Asimismo, asiste a reuniones selectas o encuentros masivos en los que departe con amplitud. Sin embargo, intuyo que la soledad está cobrándole una cuota muy alta a Leonel.

Quizás ese aislamiento que le atribuyo esté estrechamente ligado con el cargo que ocupa. Cada jefe de gobierno o de Estado permite que sus más allegados le tiendan un cerco difícilmente franqueable para los «no iniciados». «Anillo palaciego» le llamaban cuando el inefable Balaguer mal gobernaba. Ese grupo parece tener una valoración muy elevada del tiempo presidencial y no le interesa desperdiciarlo con los que contradicen sus opiniones. Les va mucho mejor con los incondicionales que no tiene cabeza propia y cuya frase preferida es «Sí señor». Ante tanta sordera no debía sorprender que cada vez que Leonel está en apuros y sale a buscar manos que lo ayuden, lo único que encuentra sea puños firmemente cerrados que presagian agresión o intuyen debilidad.

El Presidente de la República parece considerar que el 57% que le concedimos en las urnas hace casi un año le dio el derecho absoluto para proponer y hacer cualquier cosa. En un régimen presidencialista como el nuestro los Primeros Mandatarios de la Constitución hacen eso y más. Pero cuidado con el agua mansa. Dice uno de mis hijos que una asignatura básica no fue aprobada por el PLD en la gestión presidencial anterior. Esa fue la de poner oído al clamor popular. La sordera imperó y los resultados electorales en tres comicios consecutivos fueron desastrosos. De esa actitud fue que surgió aquel pegajoso y dañino apodo que le calcaron en la frente los desdeñados aliados balagueristas. Peor aún, el despectivo sobrenombre continúa fijado en la mente de muchos ante ciertas actitudes que reflejan el predominio de la cultura del egoísmo. No estaría de más preguntarse: ¿cuánto queda de aquel 57% que le dimos a Leonel con tal de salir de Hipólito y su asociación de mal hacedores? No estaría de más que FUNGLODE propusiera convocar a muchos funcionarios a un curso intensivo sobre el sistema auditivo. Quizás eso los ayudaría a no seguir metidos en la caja de resonancia del gobierno poniendo oídos sordos a los reclamos más sentidos de la población.

En lo particular hago todo lo posible por comprender y hasta justificar la forma en que Leonel Fernández gobierna. Los afectos mutuos son profundos pero eso no quita que me oponga resueltamente cuando percibo ciertos proyectos alienantes que ellos llaman modernos. Y la soledad que percibo en él le está haciendo mucho daño. Advierto que el Presidente de la República se debate entre dos posiciones excluyentes. Por un lado combate la soledad atrayendo gente de todo tipo. Pero por el otro, muchos de éstos lo aburren. Y no lo culpo porque no despache a menudo con algunos de sus altos funcionarios. El único mérito que tienen algunos de sus ministros y funcionarios es provocar que Leonel añore la soledad cuando habla con ellos. Y ese es uno de los conflictos del cargo de Presidente. Para Leonel Fernández moverse en un ambiente con trasfondos mediocres viene a ser como caminar descalzo por encima de vidrios rotos.

Aunque ninguna encuesta científica lo respalde, la percepción de muchos es que Leonel está solito echando todos y cada uno de los pleitos. Pocos funcionarios salen a dar la cara como no sea para repetir superficialidades o para blandir la cimitarra de los impuestos. Ante ese cuadro, imagino al Leonel que conozco añorando soledad para refugiarse en la lectura de cosas novedosas y tratando de aprender algo nuevo cada día. Como también lo dibujo en el recuerdo cuando una idea audaz e inteligente le asalta y descubre que no tiene con quien compartirla. ¿Cuánto queda de aquel 57% que le dimos con tal de salir de Hipólito y su asociación de mal hacedores? Si fuéramos a llevarnos de las informaciones publicadas, ese 57% fue grabado en un block de hielo y dejado a la intemperie en este clima tropical.

 

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