Solo para niños y niñas

Solo para niños y niñas

POR MARIVELL CONTRERAS
Yo quiero contarte un cuento ¿quieres? Gracias por decir que sí, aunque confieso que como quiera te lo hubiera contado. Porque eres habitante de un reino que tiene su historia y todos sus habitantes, principalmente los niños, deben saberla. Ya sabes que formas parte de una hermosa isla en el Mar Caribe que fue la primera en ser descubierta por un visionario navegante que según dicen atrae grandes males con solo decir su apellido, por lo que solo te he de recordar su nombre: Cristóbal.

Vives en la tierra más hermosa que ojos humanos recuerdan haber visto (y menos si no han viajado)

En esta tierra, que es más joven que Matusalén, a sus pocos 513 años, habitaban en principios seres buenos e inocentes que, dedicados a la vida contemplativa, a veces sacaban tiempo para cazar y pescar.

Los indios vivos que se convirtieron en cristianos muertos dejaron algunas cosillas valiosas que puedes ver en nuestro Museo de Historia y Geografía.

No sé si ahí están también los primeros recuerdos de los negros africanos y los blancos españoles que nos convirtieron por obra y gracia del amor en una tierra de mulatos.

Muchos años transcurridos y mucha sangre fue derramada antes que los hombres y las mujeres de África y España terminaran siendo sencillamente uno: dominicanos.

Los dominicanos hemos tenido muchos problemas, pequeñas guerra civiles y varias invasiones en el proceso de formación de nuestra República.

Tenemos bandera, escudo, himno nacional, identidad, religión, sistema político y patria hace muchos años.

Me gustaría decir que siempre hemos sido felices pero no es así. Hemos sufrido mucho como pueblo acosado por la ambición de poder y dinero de algunos malos hijos.

Llámese, Lilis o Trujillo. Pero el que más tenemos que recordar en este momento es a Trujillo, de quien algún bufón exclamaría “Trujillo, ese si es malo” y otro Funda le respondería desde la acera de enfrente, “malo, malo no. Ese si es bueno”.

Pero ya Trujillo está muerto y no se debe hablar de los idos al más allá como si estuvieran vivos.

Por eso te voy a hablar de su tiempo –Era, le decían– en que su reinado se convirtió en una pesadilla para su pueblo.

No podíamos hablar (calla boca) no podíamos disentir (nos callaban la boca) no podíamos elegir (a menos que fuera a él) y cualquiera que intentara una de estas cosas amanecía –si es que aparecía– con la boca llena de moscas.

A pesar del miedo -o por él- se fue armando un ejercito de hombre y mujeres dispuestos a morir por el bien de la patria, aunque para decir la verdad hay que saber que lo consiguieron en su mayoría.

Como también consiguieron su gran objetivo: Mataron al rey y en medio del júbilo, nuestro pueblo cantó “mataron al chivo”.

Cuando ese rey sin coronas cayó abatido frente al mar que nos da fuerza y protección, se hizo canto la palabra más hermosa del idioma español: Libertad. La más significativa en cualquier idioma.

Para nosotros vivir, él tuvo que morir. Para que continuemos vivos recordemos más y continuemos celebrando el 30 de Mayo, el 14 de junio, el 28 de noviembre y todas las fechas de los que lo dieron todos por nuestra paz.

www.marivellcontreras.com

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