Solución al transporte (3 de 3)

Solución al transporte (3 de 3)

JOSÉ R. MARTÍNEZ BURGOS
Sólo nos resta dejar claramente definido que el elevado que proponemos no es como el ya desaparecido en la Tercera Avenida de la ciudad de New York, ni el de París, Chicago, los cuales producían ruidos intolerables y afectaban dichas ciudades; se trata de otro sistema como el que modernamente podemos observar en la ciudad de Miami, como el sueco, el alemán, el de Turín y el Francés.

La denominación de monoriel ó elevado ó para decirlo mejor metro aéreo, que describe mejor el sistema, puesto que la primera denominación podría llamar a confusión desde el momento que la sustentación no se hace con un sólo riel, puesto que el sistema del cual no procederemos a entrar en detalles, las ruedas de las que cuelgan los vagones ó que se apoyan son dobles y los rieles son dobles formando a manera de una trocha doble.

Tampoco vamos a entrar en los pormenores del aspecto económico, porque esto requiere, claro está, las posibilidades de su privatización para obtener un servicio eficiente, cómodo y rentable, que no sea, como ya dijimos, una carga para el Estado ni para el Ayuntamiento del Distrito Nacional.

Hay un principio que queremos dejar establecido y es que lo importante no es desplazar vehículos sino mover gentes, porque lo que importa e interesa a la ciudad es que sus habitantes puedan desplazarse de un lugar a otro con facilidad y en número suficiente y que el número de vehículos sea el menor posible, con el menor costo, fácil acceso y comodidad.

La rentabilidad en función de rendimiento en cuanto al volumen de pasajeros a desplazarse es la clave para la selección de un sistema de transporte, por tanto la utilización de la vía pública, según el vehículo que se usa y el tiempo de ocupación son determinantes para la decisión de ó los sistemas que se deben adoptar. Un ejemplo, en una vía cualquiera utilizando automóviles transportamos ocho veces menos personas que si lo hacemos en autobús, es decir que el pasajero en automóvil necesita más espacio tiempo que el de una guagua para desplazarse, por tanto para la ciudad la forma en que se utilice la vía en aquellos sectores de mayor demanda y congestionamiento es fundamental y el fomento del transporte colectivo de manera racional es prioritario, porque es la economía de la ciudad la que se perjudica si no hay racionalización, por eso sugerimos y recomendamos el transporte colectivo elevado, que con pocos vagones, puede en cada viaje transportar más o menos 450 pasajeros.

Es importante dejar claramente establecido, que al proponer la solución de la constitución tren elevado colectivo, no queremos significar que habría que eliminar el transporte colectivo por medio de autobuses, minibuses y de automóviles públicos (concho) ya que entendemos que en toda ciudad deben usarse todos los medios de transporte de pasajeros actualmente en uso, porque todos ellos tienen su propio campo de acción y porque cada barrio o sector de la ciudad requiere un transporte acorde con su densidad poblacional, su topografía y género de negocios ó industrias prevalecientes.

Lo expuesto, nos indica que es menester buscar reglamentaciones que respondan a las exigencias de las gentes dentro del concepto de seguridad y agilidad.

Cuando el tránsito de una ciudad como Santo Domingo llega a un grado de intensidad, que acarrea grandes dificultades e inconveniencias en la circulación, congestionamiento y alta frecuencia de accidentes y existe un perfil demográfico en continuo incremento y han sido agotadas las posibilidades, mediante el tránsito de superficie con autobuses, guaguas y automóviles individuales y no queda plenamente satisfecha la demanda de asientos y cuando además sus calles y avenidas son angostas y su urbanismo responde a viejos trazados, es imperativo el servicio de transporte colectivo elevado como complemento para obtener un flujo ágil, seguro y económico, que sin desplazar totalmente los sistemas de transporte de pasajeros tradicionales y sin perjuicio para éstos últimos, complemente las necesidades de la población de un tráfico urbano cómodo, rápido y económico.

Esa respuesta sólo puede obtenerse con el sistema colectivo elevado, el cual está muy bien probado y aceptado con ciudades con mayores volúmenes de pasajeros, como Los Angeles, Viena, Turín, Miami, etc.

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