Solución para evitar contagio fecal

Solución para evitar contagio fecal

A raíz de mi artículo del pasado 8 de enero: “Contagio fecal en el Polígono Central”, han sido varios los lectores que por llamadas, correos o personalmente se han interesado por el problema expuesto, solicitándome que recomiende cuál sería la solución para enfrentar el problema de una posible explosión cloacal por acumulación de gas metano en esa importante zona residencial.

Recuérdese que en mi artículo exponía los temores ante una contaminación masiva, que ya está en proceso, de todas las aguas subterráneas de la capital por el peligro que representa los efluentes de centenares de pozos filtrantes, descargando al subsuelo un agua servida, provenientes de las cámaras sépticas que sirven a torres, residenciales y viviendas individuales, en donde no existe sistema de alcantarillado.

La solución para el caso de importantes zonas de la capital sin alcantarillado y de cuyo subsuelo se extraen miles de galones de agua mediante bombas sumergibles para alimentar las aguas de servicio de torres, residenciales y casas individuales, obliga a buscarle una solución que vaya de acuerdo a una realidad económica y social, evitando provocar serios traumas de ver importantes calles destruidas, ya que un sistema de alcantarillado, con sus excavaciones de zanjas para las tuberías, resultaría más traumático.

La falta de previsión obligó a que, en la medida que la ciudad crecía sin planificación, se fuera obviando la construcción de alcantarillados, tanto pluvial como de aguas servidas, agravando la calidad de la vida de la ciudadanía.

Existen sistemas modernos para enfrentar esa falta de alcantarillado y asegurar que el efluente que salga de los sépticos sea adecuado para su uso. Por tanto es bueno conocer de la existencia de sistemas muy eficaces que resuelven ese problema de la falta de alcantarillado. Ellos procesan un volumen apreciable de agua servida. Este sistema tuvo su origen para tratar el agua servida en los grandes portaviones nucleares norteamericanos, que con tripulaciones superiores a los seis mil hombres y mujeres, necesitaba de un sistema que evitara que el agua servida fuera a parar a los océanos, como era la costumbre del pasado.

El sistema de tratamiento aporta, mediante bombas, el envío de aire directamente a una cámara dentro de un séptico, para que en un proceso aeróbico, las bacterias que se forman ataquen directamente a los sólidos que llegan al séptico para “devorar” a los sólidos, convirtiéndolo en un líquido inocuo y que se usa como agua para jardinería, lavado en sanitarios o enviarlos al subsuelo sin contaminar el agua subterránea.

Este sistema rápido de tratamiento de aguas servidas ha sido patentizado en Estados Unidos y permite su uso en hoteles, hospitales y hasta torres donde vivan más de 100 personas con más de 20 apartamentos, procesando más de 9 mil galones por día, de manera que en los sépticos no se acumulen lodos o residuos, ya que las bacterias, generadas por la presencia del oxígeno, destruyen los sólidos.

Las plantas de tratamiento existentes en la capital, ahora en desuso por falta de mantenimiento, deben ser rehabilitadas para evitar que un volumen tan grande de aguas negras y pluviales vayan a parar al mar Caribe, que por la acción de tantos años vertiendo desperdicios y aguas cloacales al mar, ha borrado casi por completo la vida marina de todo el litoral capitaleño.

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