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No hay que olvidar que la construcción es un motor económico de mucho aprecio. La liberación  de las medidas señaladas en la entrega anterior, provocaría una dinámica en la economía en general, que es además vital para el mundillo del sector inmobiliario.

Otra medida urgente a tomarse es la creación de un fondo para la rehabilitación y mejoramiento de las viviendas existentes, que se encuentran en malas condiciones.

Un programa de esta naturaleza puede muy bien ponerse en ejecución con el Sistema de Ahorros y Préstamos, mediante un plan de intereses no mayor de un seis por ciento con un aporte en efectivo del gobierno a dicho sistema y a plazos de pago a 30 años.

En otra entrega por este mismo medio explicaremos con detalle los planes de financiamiento que podrían ser instrumentados.

Entre otros el de la vivienda campesina, para aquellos que poseen terrenos con títulos de propiedad y también para los que ocupan legalmente terrenos propiedad del Estado, y que mantengan esos predios en plena producción agrícola o que críen cualquier  tipo de ganado, pues ambos sectores son merecedores de un hábitat confortable, sano y limpio para estos dos grupos se pueden diseñar viviendas mínimas con todos  los servicios y financiables por lo menos a bajos intereses por treinta o cuarenta años, que serían protegidos por el Estado y con la condición que no sean  traspasables a terceras personas, excepto a sus hijos directamente, es decir, una vivienda protegida por el Estado.