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Estamos frente a un problema habitacional que hasta la fecha no se le vislumbra una solución satisfactoria. Por otra parte existe en el país una bolsa de demanda de viviendas para jóvenes entre 20 y 30 años, que hay que ofrecerles productos adecuados, pero que no tienen condiciones económicas para comprar una casa o un apartamento, porque sus ingresos son muy bajos o porque aún cuando formen familia, el conjunto del ingreso del esposo y esposa no llenan actualmente los requisitos que los entes financieros exigen. No hay viviendas a precios asequibles para ese amplio sector de la población dominicana que, no puede obtener un préstamo para la compra de una casa pero que tampoco califica para el alquiler de un apartamento o cualquier otro tipo de vivienda, accesible a su centro de trabajo.
Para satisfacer esta demanda sin cubrir por el sector privado promotor de vivienda o por el Estado, hay cuatro soluciones viables para las cuales el gobierno puede ayudar a conjurar:
1. Crear las cooperativas de viviendas en coordinación con el empresario nacional.
2. Hacer una reforma del suelo, que permitiría que baje el precio promedio de adquisición de los solares.
3. Ampliar por Ley el plazo actual del financiamiento a cuarenta (40) años, bajar las tasas de interés y comisiones de los préstamos hipotecarios, al mínimo posible.
4. Rebajar las desgravaciones por compra de viviendas y solares para fomentar el alquiler y a la vez, modificar la ley o decreto del inquilinato, para que exista garantía para los inversionistas y verdadera protección para el arrendador.
La vivienda de alquiler es la única y verdadera solución para reducir el déficit habitacional, y esto se conseguirá si se deroga el decreto No.4807 del 16/5/59, para que las relaciones entre inquilinos y propietarios sean armoniosas.