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Estamos frente a un problema habitacional que hasta la fecha no se deslumbra una solución satisfactoria. Por otra parte existe en el país una bolsa de demanda de viviendas para jóvenes entre 20 a 30 años, que hay que ofrecerles productos adecuados, pero que no tienen condiciones económicas para comprar una casa o un apartamento, porque sus ingresos son muy bajos o porque aún cuando formen familias, el conjunto del ingreso de esposo y esposa no llena actualmente los requisitos que los entes financieros exigen para la compra de una unidad habitacional y, además, no existen en el mercado inmobiliario viviendas a precios asequibles para ese amplio sector de la población dominicana, que o no puede aplicar para obtener por compra de una casa, pero que tampoco califica para el alquiler de un apartamento o cualquier otro tipo de vivienda, asequible a su centro de trabajo.

Para satisfacer esta demanda sin cubrir por el sector privado promotor de vivienda o por el Estado dominicano, hay cuatro soluciones variables para las cuales el gobierno puede ayudar a conjurar:

1. Crear las cooperativas de viviendas en coordinación con el empresario nacional.

2. Hacer una reforma del suelo, que permitiría que baje el precio promedio  de  adquisición de los solares.

3. Ampliar por ley el plazo actual del financiamiento a 30 años, bajar las tasas de interés y comisiones de los préstamos hipotecarios.

4. Rebajar las desgravaciones por la compra de viviendas y solares para fomentar el alquiler y, a la vez, modificar la ley o decreto del inquilinato, para que exista garantía para los inversionistas y verdadera protección para el arrendador.