Soluciones que Haina merece

Soluciones que Haina merece

República Dominicana tiene, muy cerca de su ciudad capital, un núcleo del desarrollo con múltiples expresiones productivas y el más activo puerto marítimo por el que fluyen mercancías de entrada y salida y tienen asiento importante la generación eléctrica, dos relevantes zonas francas y un reconocido conglomerado empresarial que acoge el emprendimiento que democratiza las iniciativas en la economía y hace convivir negocios grandes con medianos y pequeños.

Un microcosmo llamado Haina que clama por atención para la infraestructura de servicios urbanos caracterizada por el mal estado de las vías y sus intersecciones sometidas a intenso tráfico.

Se carece de un acueducto y la ausencia de planificación y de aplicación de límites a los usos de espacio sitúan a los que allí cumple roles útiles a la sociedad a desenvolverse con precariedades que, de todos modos, no restan calidad ni envergadura a sus aportes al Producto Bruto Interno, creación de empleos y el ingreso fiscal.

Para cada situación negativa aquí expuesta existen en el país órganos de Estado llamados a resolverlas, colocándolas en sus agendas en apoyo al desenvolvimiento de actividades que deben crecer con solidez y modernizaciones para generar bienes y servicios destinados a los mercados interno y externo. La inversión, nacional y extrajera, tendría mejor acogida. Una progresista comunidad espera.

Acuático motivo de una discordia

Lo poco que queda del río Masacre o Dajabón, que desde viejo se cruza a pie, es pretendido con unilateralidad desde la sedienta parte haitiana de la isla con una desviación de caudal a lograrse con poca ingeniería y ausencia de planificación y de previo acuerdo con el Estado dominicano, en cuyo territorio nace la corriente fluvial escasa por inamistosos tratamientos a la naturaleza que provinieron, por igual, de uno y otro lado de la frontera.

Una alteración sobre un segmento de la ribera occidental que no debe permitirse sin un previo estudio de impacto ambiental, y de consecuencias sociales, sobre un cauce que recorre el parque nacional de Monte Cristi.

Debe garantizarse que sus aguas pueden ser compartidas sin sobreexplotación ni daños irreparables a un frágil recurso cuyo rescate debe ser la prioridad.

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