“Sombra” que empaña al Fisco

“Sombra” que empaña al Fisco

Una muy lesiva condición de deudor por la construcción de una controvertida autopista es en la que está metido al Estado dominicano, amarrado a gruesos pagos que durarían 33 años, valores que en su totalidad más que duplican el costo que tuvo la obra que enlaza a Santo Domingo y Samaná. El peor de los compromisos de esa especie asumido en el 2002 por unas autoridades que no midieron bien sus pasos de ser tan “generosas” con una firma privada. A partir de lo rubricado, el país es víctima de un desembolso anual de miles de millones de pesos, superior a lo razonable en materia de inversión. Obligación revocable o modificable si se recurre a vías judiciales. A los Estados tiene que asistirle el derecho a superar contratos de consecuencias exorbitantes.

La Autopista del Nordeste, de un diseño vinculado en principio a un alto índice de accidentes de tránsito mortales, somete a los usuarios a pagos excesivos de derecho a transitarla sin llenar las expectativas cifradas para el turismo interno ni amortizar rentablemente la deuda con la compañía que la construyó y administra como fuente maravillosa de dólares o gallina de los huevos de oro, lo que obliga contractualmente a reservarle el llamado peaje sombra que este año superará los 3,500 millones de pesos, grotesco para un fisco de por sí deficitario en ingresos y enfrentado a otras formas horribles de endeudamiento y urgido de levantar obras similares.

El repicar de Castañuelas

Un municipio más que quiere ser escuchado en las alturas del poder se hace sentir y no con música folklórica: con su propia voz el alcalde de Castañuelas, Ramón Pimentel (PRM), pide dotar a su comunidad de: un vertedero decente, un matadero higiénico y un sistema cloacal que libre al ambiente de contaminaciones. Ninguna autoridad municipal, obligada a servir a 37 mil conciudadanos podría llenar tales vacíos si solo recibe RD$1,770,000 al mes para bandeársela como pueda resolviendo problemas.

Sus habitantes producen arroz y bananos y consideran que por sus aportes a la economía merecen más atención del sector público cuyas dependencias todas, incluyendo el cabildo, se alojan en locales alquilados. Las varillas y cemento del oficialismo no son atraídos por Castañuelas, por duras que suenen.

Más leídas