El comportamiento social es parte de una cultura y una identidad que produce un perfil psicosocial. Cada vez que se producen conductas violentas dentro de la familia por diferencias o conflictos, que afecta a la mujer, a niños y adolescentes, se habla de una familia víctima de la violencia. Es decir, es una familia que ha perdido la capacidad de diálogo, de contextualizar las diferencias, o no posee o no ha podido responder de forma sana, funcional o adictiva a la problemática que les afecta: problema económico, desempleo, salud, deudas, estudios, hambre, hacinamiento, desesperanza aprendida, problemas de salud mental y psicosociales. Todas estas situaciones presionan, crean crisis, conflictos y estrés crónico, que los padres y los hijos no saben resolverlo, y tienen la tendencia de buscar respuestas emocionales y conductuales de forma violenta o agresiva, lesionando a la propia dinámica familiar.
Ahora cuentan los números que en el 63% de los hogares se utiliza la violencia y el castigo en forma de corrección. Por otro lado, aumentan los homicidios entre 5 y 6 por semana con armas de fuego, debido a conflictos y diferencia que pudieron tener soluciones a través del diálogo, la tolerancia o ventilar las cosas en la justicia. Para continuar con la reflexión sobre la violencia de género y el maltrato a la mujer en toda la dimensión, me pregunto ¿Somos violentos? En la calle aumenta la vulnerabilidad, la violencia social, el pandillerismo, bandolerismo, los asaltos, atracos, acosos y amenaza de todo tipo. Pienso que hemos llegado a una cultura de violencia social. Es decir, la mentalidad del dominicano es, resolver a través de la violencia sus diferencias y conflictos.
Producto de esto es que todos quieren una pistola, desde un chofer, un comerciante, un vendedor informal, el de la banca de apuestas, el ciudadano de a pie, y el hombre común que ingresa al cuerpo armado para obtener una pistola. La violencia ha aumentado en la escuela, en las calles, en el hospital, en las juntas de vecinos, en las torres de clase media, en cualquier espacio de la vida cotidiana se socializa la violencia. Es de ahí que preguntamos ¿los dominicanos son seres violentos, agresivos o dados a la conducta pleitista y defensiva cuando tienen diferencias? Es cultura, aprendido, instrumental, institucional, biopsicosocial, etc. Sin embargo, algo anda mal, hasta los niños están más violentos en las escuelas y familia; los adolescentes se pelean y se desapegan de sus amigos por cualquier cosa. En los grupos sociales, partidos políticos y gremios, se respira la intolerancia, el desafecto, la hostilidad, el cinismo y los golpes bajos, donde se agotan la energía en planificación de hacer daño, chisme, grupismo y perversidad. Me duele decir que, es poco lo que se practica como cultura de paz, del trátame bien, de aceptar y convivir en la diversidad y con las diferencias.
Somos una sociedad individualista, mediática, agresiva e intolerante que se va deshumanizando y que la tendencia es que vamos a la práctica social de la violencia como estilo de vida, como forma de subsistir. Si no producimos políticas públicas para familia, en violencia de género, en la escuela etc., vamos a terminar siendo y viviendo la violencia social, aumentando los homicidios, los feminicidios, la inseguridad ciudadana y el desprecio por la vida, por la dignidad y por el amor a las personas. ¿Son los dominicanos violentos y agresivos?