Son los mismos

Son los mismos

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
Don Emilio Rodríguez Demorizi, en su ciclópea labor de rescate de la memoria nacional, recogió un cuento que refleja un gran conocimiento del alma humana. Si no recuerdo mal el título es el mismo que escogí para este artículo.

Las elecciones internas han sacado a flote el desastre moral, el envilecimiento, la trampa, la jugada sucia, el jalisquismo exhibido desvergonzadamente por miembros de todos los niveles del Partido de la Liberación Dominicana.

Mientras el Partido de la Liberación Dominicana era una logia de 18 mil miembros, se podía controlar a la gente con un sistema de vigilancia y autocontrol hasta que llegara la oportunidad. Era como tener contenidas las aguas y no calcular qué cuando llueva.

Incluso se llegó a dividir la sociedad dominicana en dos: de un lado los honestos peledeístas y del otro los ladrones. ¡Se habrá visto tal despropósito!

Durante años, el control de los miembros se mantuvo entre el caudillismo y la adulación, entre los arribistas y los borregos.

El PLD fue creado para el elogio desmesurado y seguir ciegamente las ideas, propuestas y toda suerte de barbaridades que se le ocurrieran al «maestro, líder, conductor y guía» como se dijo en un tiempo del líder peruano Víctor Raúl Haya de la Torre.

Entonces todo era fácil. La primera y única lección para trepar en el partido era decir que sí a todo lo que se le ocurriera al líder, cuyos cancerberos no cesaban de buscar adjetivos encomiásticos para referirse a él.

De ese modo mucho cagatinta adulador y de palabra almibarada, ascendió en el partido hasta colocarse por encima de los demás, sin importar cuántas cabezas trituró con sus botas de lambón.

En nuestros partidos hay varios tipos de «dirigentes». Unos son florones que se mantienen en los medios de comunicación diciendo y desdiciendo, pontificando sin base y sin conocimientos. Así se dan a conocer, aunque no trabajen con la gente.

Otros son «dirigentes» porque van todos los días, o con frecuencia, a la sede del partido, saludan, hablan sandeces y se dan a conocer.

Otros son «dirigentes» porque aportan dinero, medicamentos, servicios como médicos o abogados.

Los más de ellos son desconocidos del pueblo partidario.

Las elecciones internas del Partido de la Liberación Dominicana son muy ilustrativas: ningún «dirigente» de los que ocupan altos cargos en el gobierno fue elegido para el Comité Central.

Ello indica que el pueblo peledeísta ha cobrado a esos engreídos «dirigentes» de nada y de nadie, que no gozan de popularidad y respeto en la base de la organización.

Es el grupo que llegó al poder por la carambola de la combinación de pitcher y catcher, Joaquín Balaguer-Juan Bosch, que operó desde 1961 en adelante.

Ese mismo grupo que llegó al gobierno en chancleta y salió del gobierno en pipeta. Ese mismo grupo que desde su salida del poder en el 2000 no tuvo necesidad de trabajar porque había iniciado la acumulación originaria de su capital

Ese mismo grupo que ahora llega con la misma voracidad del 1996, ahora es castigado por su propia gente. Esa es una de las verdades que se pueden aprender del resultado electoral interno del Partido de la Liberación Dominicana. El boomerang de las promesas incumplidas y la actitud engreída de quienes ocupan altas posiciones públicas, ha dado sus frutos, porque el ciego y el cojo no pueden caminar mucho sin ser descubiertos. Y los ladrones.

Ahh, y a quienes les sirva el flux, que se lo pongan, que son muchos.

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