¿Son los políticos una simple mercancía?

¿Son los políticos una simple mercancía?

Si yo perteneciera a un partido X y están sucediendo en él cosas que no comparto, que me molestan ¿qué debo hacer? ¿Con cuáles opciones yo contaría?

A) Ante todo, la más natural, lógica y decente: encaminar internamente todos mis esfuerzos y tiempo, primero para autorrevisarme y para ayudar a mi partido a resolver cualquier punto conflictivo, siempre escuchando atentamente a los demás.

Es decir, procuro soluciones, no rompimientos.

B) Si luego de un largo intentar nada logro, es entonces cuando comienzo a pensar en la posibilidad de dejar el partido, sin que necesariamente esté contemplando irme a otro, descartando todo comportamiento que lesione a mis excompañeros.

C) Lo que yo nunca haría: venderme al mejor postor, como si yo y la política fuéremos simples mercancías. Por vergüenza no podría saltar de mi partido a otro, pues de hacerlo demostraría falta de escrúpulos y de principios. 

Por razones serias y reales concibo dejar un partido y por razones igualmente serias y bien sopesadas podría ingresar a otro. Una discreta distancia entre ambos momentos mediría mi decencia; la simultaneidad define el transfuguismo.

Corruptos y corruptores son iguales de malos ¿verdad? Pues, igualmente, tan criticable es el que salta como el que lo acoge.

Es difícil combatir el transfuguismo: él es tan solo una de las múltiples aristas de nuestro retraso político; es tan solo una compra posiblemente más cara que la que hacen a diario nuestros partidos en cotidiano clientelismo. Es una consecuencia de la ausencia de valores y principios.  Sugiero, para minimizar el transfuguismo de funcionarios electos, que una ley le otorgue al partido el derecho de designar un sustituto. Considero   ejemplar el reciente pacto firmado por los presidenciables en torno a la educación. Les estimulo a dar un paso adicional: ampliar ese pacto para incluir otros compromisos: el propio transfuguismo, la delincuencia, la insalubridad, la inseguridad ciudadana, el desempleo, los supersalarios en un país que pasa hambre, contra la corrupción y la impunidad.  ¿Alguien se anima a proponerlo?

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