¿Son realmente iguales?

¿Son realmente iguales?

JOSÉ BÁEZ GUERRERO
j.baez@codetel.net.do 
Un mantra de los partidos chiquitos y sus candidatos, que sumados todos según el promedio de las mejores encuestas no representan juntos ni siquiera un 7% de la intención de voto, es que el PLD y el PRD, y sus candidatos, son iguales y representan lo mismo. Están equivocados. A mi juicio las diferencias son profundas, e importantes.

Antes que nada, y a contrapelo de la opinión prevaleciente de los peledeístas, a mí me parece que el ingeniero Miguel Vargas Maldonado ha sido uno de los mejores candidatos presidenciales del PRD. Es el único, desde cuando ganó Antonio Guzmán en 1978, que ha logrado unificar al PRD y poner a todos los líderes de sus distintas facciones a trabajar para su candidatura. Personalmente se ha comportado con decencia y altura, y ha capeado la tormenta de imputaciones referentes al caso Marbella y su enorme suerte o habilidad para los negocios inmobiliarios con el Estado.

Pese a tanto a su favor, el promedio de la intención de voto, según las mejores encuestas, revela que mientras Leonel Fernández al parecer logrará un triunfo convincente en la primera vuelta, el propio Vargas Maldonado apenas ha logrado mejorar su porcentaje de un pálido 32% a poco menos de 40%, con una diferencia entre ambos candidatos que luce insalvable cuando falta menos de una semana para las elecciones.

Quizás la explicación para la polarización entre ambos candidatos y la gran ventaja que luce tener el Presidente Fernández, radica precisamente en cuán diferentes son los candidatos y sus partidos.

Mientras Vargas Maldonado exhibe como obra principal de su enorme patrimonio una faraónica mansión de veraneo, cuyo valor ha sido citado sin que se desmienta en cerca de RD$800 millones, su antecesor y mentor Hipólito Mejía quedó tras su Presidencia con una bellísima finca en San Cristóbal y un palacete en Jarabacoa; los esfuerzos del Presidente Fernández en sus cuatro años fuera del poder estuvieron dedicados a una Fundación que busca promover el pensamiento.

Este botón de muestra, del que se derivan innumerables conclusiones acerca del carácter y de para qué se busca el poder, no pasan inadvertidas para el electorado.

Para los perredeístas debe ser frustrante y penoso que justo cuando ofrecen al electorado un candidato con atributos interesantes, su adversario resulte un hombre como el Presidente Fernández, cuyo liderazgo trasciende la política.

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