El diario santiagués La Información inserta en su edición del 8 del presente mes un sondeo a sus lectores, en el cual el presidente Leonel Fernández es percibido débil en un 16.7%, muy débil un 37.6%, muy fuerte en un 21.1 %, fuerte un 9.2% y regular un 12.4%.

El presidente Leonel dispone de un equipo de estrategia política que entiendo dirige el sociólogo Carlos Dore Cabral y un experto sondeador de la opinión pública en José (Dorín) Cabrera, a quienes es de presumir ha consultado en relación a este sondeo.

Identificar, para empezar, cuales son los flancos vulnerables que ofrece Leonel para que al segundo año de su tercer mandato se le estime tan lánguido en el sentir popular.

Es posible, casi seguro, que aflore el suplicio de los apagones del que hice referencia en mi entrega de ayer, a todas luces injustificables, inexcusables, imperdonables en una década de ejercicio del poder sin muchas cortapisas, aunque no con la autonomía del etnarca de Navarrete.

La alta incidencia delincuencial que atemoriza a los ciudadanos y le emite una señal de que estamos inseguros, caminando en una cuerda floja o al borde de una furia con un sismo acompañado, podría constituir otro factor nada desdeñable, certísimo.

Un desorden absoluto, una ausencia de autoridad ni siquiera para eficientizar la simpleza de la Ley 241 que nadie respeta, desde conductores de yipetas de cuello blanco y ropa de marca hasta lurios choferes de concho, “voladoras” y camiones, que alardean de emperadores de las vías, sin que AMET los controle.

El alto costo de la factura eléctrica para que los que pagamos lo hagamos por los que no pagan, una “barsa”, y la ignorancia absoluta de la Ley 285-04 que el presidente Leonel con ello propicia la haitianización del país.