Sonetos de Juan Freddy Armando

Sonetos de Juan Freddy Armando

Ofrecemos a continuación una muestra de la producción poética de Juan Freddy Armando, nativo de Hato Mayor del Rey.

Se trata de un poeta hacedor de metáforas apocalípticas y escrutador de los secretos del alma, capaz de desafiar los condicionamientos de la perspectiva clásica, manteniendo la cadencia rítmica del verso.

Pero lo que más sorprende en este poeta es su permanente búsqueda de imágenes que expresen en una conjunción ecléctica sus íntimas convicciones socio-culturales, en perfecta armonía entre lo formal y con ciertos matices de libertad creadora, para alcanzar, como diría el afamado critico Roland Barthers, “el susurro del lenguaje más allá de la palabra y la escritura”.

Según su propia confesión empezó a escribir “creaciones poéticas desde los 13 años”, y su nombre literario se dio a conocer en 1973 con la publicación de obras en versos y prosa. Esto se expresa en la ascendente madurez que se percibe en su producción literaria, enriquecida con la lectura de las grandes muestras de la cultura universal, tanto antiguas como modernas de la literatura, además de las obras de Aristóteles y de filósofos como Platón, Hegel, Marx, Confucio, Krishmurti, Shopenhauer, Cervantes, José Ortega y Gasset, Góngora, y los maestros del modernismo, como José Martí y Rubén Darío, a la cabeza.

Podría decirse que su literatura es de enfoque filosófico, erótico, humanístico, haciendo acopio de los logros vanguardistas, pero con la mira puesta más en comunicar al lector aquellas emociones que considera suficientemente inhabituales, y con hondura suficiente como para despertar el interés del ser humano, en vez de sorprenderlo con inútiles juegos de palabras. Juan Freddy entiende que la literatura se hace con estremecimientos interiores, enfoques y formas fuera de lo común. Le gusta ser Jasón navegando en el barco Argos, que es el texto, acompañado de los lectores, que son argonautas que comparten el vieje hacia el vellocino de oro y el luminoso placer de encontrarlo o intentar acercarse a ese acentuado empeño.

Freddy Armando se motiva a escribir cuando una extraña idea le cruza la cabeza, y quiere disputar la lectura del texto que sugiera nuevas inquietudes creadoras. Viaja por las oscuridades de su mente con la linterna del silencio y lo trae a la superficie convertida en cuento, poema o ensayo, es el resultado de su inquietud creadora. El texto creado le produce tres placeres: 1. Al ocurrírsele la idea. 2. Al escribirlo. 3. Cuando una persona le hace saber que su lectura le transportó al país emocionante de donde trajo el texto.

De este afán de cultura y originalidad, Freddy Armando tiene una producción poética con factura propia, con acentos de atractiva originalidad.

Leamos, pues, estos sonetos.

APOCALIPSIS YA

Mal dicen los cristianos, que su Dios algún día ha de acabar el mundo,

que con lengua de fuego les pedirá a la socas entrar en sus hogueras.

Mal porque antes nosotros habremos destruido todas las primaveras,

con muy modernas formas, con ciencia lograremos un éxito rotundo.

Ahorrándole el trabajo al Señor que adoramos: con maquinas, calderas

 con zonas industriales, el mundo acabaremos en hondas de calor

que a la flora y la fauna volverán a hacer polvo ahogadas en sopor,

y sobre el gris cemento irá a quemar al hombre sus naves y banderas.

Porque el aceite fósil no podrá más herir la noche con luces,

pues el bosque sin lluvia, los polos confundiendo el agua con el fuego

como en capilla ardiente allí la humanidad, triste caerá de bruces.

Escrito está que el hombre le impedirá a su Dios destruir lo creado,

pues el Apocalipsis, su llama y sus trompetas, serían un simple juego

cuando el hongo nuclear nos deje sin presente, futuro ni pasado.

LO DESTRUIREMOS TODO

Lo que quieren los niños es destruirlo todo, todo en el mundo entero.

Y es lo que yo deseo, que igual que ellos disfruto de destruir lo que amamos.

Claro que entre los riesgos que entrambos compartimos se encuentran el de que estamos propincuos a que el juego no pueda realizarse, porque al destruir yo quiero, igual que quieren ellos, conseguir que las cosas vuelvan por su camino, que regresen del polvo a ser tal como eran volviendo a sus principios, y se pudiera entonces, tal cual manda este juego, dar belleza a ripios que hicimos de los seres, y cual moriviví se reían de su destino.

Pero el necio universo, con su lógica tonta y su orden mentiroso odiando nuestros sueños quiere ahogamos con agua y quemamos en fuego porque su imperfección le aterra y nos persigue como un terrible oso.

Pero lo venceremos porque los niños todos conocemos su juego:

con manos de alquimista seguiremos la obra de hacer lodo lo hermoso,

y reinventando el mundo, un coro de nosotros revivirá al manchego.

QUEDÉMONOS SIN ALMA

Nuestra dicha vendrá si tú volando alejas el alma de tu cuerpo:

 dejando entre tus piernas la vida que les llega rauda por las arterias,

río feliz sin ideas, con el cielo revuelto en hirvientes materias

sin amores ni pena, huyendo del espacio y escapada del tiempo.

Borremos la decencia, la educada conducta que manda lo correcto,

inventa un antiamor sin verbo entre nosotros y sin ortografía,

carente de sentido, porque la dicha nunca de lógica se fía.

Te repito que tires al alma por la borda y alejes todo afecto.

No es que yo no te quiera sino que no hay razones para que así desnudos

seamos otra cosa que ácidos revueltos en hídrico vibrar,

ciegos a toda idea, vapores en horno que nos disuelve mudos.

Ven a ser solo piel que se revuelve en viento, viento que hace mar

que me deja sin alma, y hecho húmeda materia a tus huecos acudo

a ser nada en tu nada: polvos muertos que viven en los brazos de Ishtar.

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