LA ANTESALA.- La cantidad de gente que había esa noche en Casa de Teatro o quizás la amplia sonrisa y el fuerte abrazo de Freddy Ginebra me impidieron detenerme en todos los detalles de su remodelación, me invitó a pasar y a ver lo que de nuevo tiene la casa.

Fuimos directamente al hermoso cuarto donde se exhiben y se venden los libros y los discos que tienen que ver con este proyecto cultural y artístico que ha tenido como grandes padrinos a la Cervecería Nacional Dominicana y a Brugal y eso hay que reconocérselo a ambas empresas.

Esa noche cantaba Karel Kalaff y nos movíamos saludando y compartiendo expresiones de cariño y admiración con poetas, escritores y artistas.  Recuerdo la mutual de Pedro Vergés y Alexis Gómez Rosa y un poco más adelante la enorme sonrisa de Mateo Morrison.

No pasó mucho tiempo, justo el que pasa cuando pasamos por la garganta dos vasos de Presidente, cuando Martín Regueiro, el cantante con acento de Silvio Rodríguez y sangre uruguaya, subió a regalarnos hermosas canciones de otros cantautores como Luis Eduardo Aute, los dos de Cuba (Pablo y Silvio) y la sorpresa de Jorge Drexler. 

Pasaron un par de vasos más y el anuncio de que Sonia Silvestre y el maestro Jorge Taveras estaban listos esperando por nosotros para ofrecernos el gran concierto de la noche.

Cuando pasamos a la sala, ahí estaba Freddy Ginebra sentado a la orilla de la plataforma del escenario defendiendo su derecho a la palabra y a excederse en su uso con motivo de estos 30 años. Como siempre nos arrancó más de una carcajada y un efusivo y agradecido aplauso por sus aportes a nuestra cultura y alegría.

EL CONCIERTO

Desde que se levantó el telón llovieron los aplausos para Sonia, Jorge y sus acompañantes: Dinavi en la batería y Freddy Valdéz en el bajo.  Inmediatamente cesaron las manos, la música invadió el teatro de la casa y la voz tan querida de la Silvestre a lo suyo.

Lo primero que cantó marcó la intención del encuentro.  Celebrar la ciudad como escenario que acoge a la casa y a la casa que refleja lo mucho que puede pasar, cuando de arte se trata.

Estrenó una canción de su autoría para pedirle perdón por lo que le hemos hecho a la ciudad.  Para hacerlo, usó el Padrenuestro siguiendo su estilo y sustituyendo sus versos.

Luego cantó una canción de la autoría de Manuel Sánchez Acosta de la época en que funcionaba el grupo Folkhoy en un lenguaje de haitiano intentando hablar español y que cantaba a la mala situación y la falta de trabajo, “entonces el arenque era barato y era para los pobres”.

LAS TRES PIEDRAS DEL FOGÓN

Así denominó Sonia la interpretación de Por qué llora la tarde, El arañazo y Qué será de ti.  Bastiones indiscutibles de los maravillosos 70´s y a las que ubicó “arriba del fogón donde se cocinó mi carrera”.

No pudimos hacer otra cosa que hacerle coro a cada una de ellas, cantarlas a todo pulmón y gritarle bravo y otros piropos a la emblemática Sonia, la de siempre.

CANTO A RENÉ, CON MUSICA DE JORGE

Como el maestro tiene el piano y ella la palabra, es ella la que canta y la que se comunica con su auditorio.  Fue ella la que nos dijo que Jorge Taveras tiene planes de sacar un nuevo disco al mercado.  Un disco que será editado por Retahíla y que tiene como propósito presentar las canciones que fueron escritas por el poeta René del Risco y musicalizadas por él entre el 1969 y el 1972.

Sonia dice que estos eran “los muchachos de los 60´s” y nosotros nos reímos. Nos comenta que quisieron “aprovechar la oportunidad para presentar unas canciones especiales”, teniendo como objeto poético la ciudad.

Cantó el poema hecho canción en “Sonia canta a poetas de la patria” de René “No era esta ciudad” y ella misma se maravilló “esto es serio.  Estas son canciones mayores y ustedes saben  por qué”.

Luego vino la “Ciudad en mi corazón”, también del escritor petromacorisano y ella recordó que esta canción fue la ganadora del cuarto festival de la canción en el que ella participó y ganó.  Nos explicó que la celebración de los festivales influenciaba a los compositores y los arreglistas de la época y que por eso “las canciones eran grandilocuentes”.

Y, “la última que me aprendí”, pero en realidad, no se la había aprendido completamente, así que con unas cuartillas en las manos cantaba:

“Estoy perdida
no estás conmigo
ya no hay sentido
en esperar”.

Luego lanzó piropos a José Manuel Joa (El Chino Joa) pues iba a cantar Una persona así y al primero que le escuchó esta hermosa canción del autor de Ahora que vuelvo Ton, fue a él  “yo soy una atrevida cantándola, pero me le parezco”.

“Una persona así
constantemente haciendo
un mundo en ti
tan diferente”.

Luego vino Cuando tu lloras del mismo tamden Del Risco-Taveras, para cerrar el ciclo con Así tan sencillemente, que ya conocíamos y queríamos en su voz. A nuestros sentidos aplausos un mejor piropo “ustedes son el mejor público de la ciudad”.

LA DESPEDIDA

En esta parte Sonia volvió a ser Sonia la intérprete romántica de nuestras canciones de amor y entonces vino otra de las partes memorables de su carrera:  la de la tecnobachata.  Mi guachimán me salvó y Yo quiero andar.  Todos cantamos con ella.  Se despidió con el Ojalá de Silvio que es tan de ella.  Dejándonos temblorosos y ansiosos de más.  Otro, otro, otro.  Y vino.  Solicitaron dos.  Una chica pidió su versión de Nunca te olvidaré y el cantante Expedy Pou, desde la primera fila pidió Hablando en serio y la artista se la dedicó.  Todos la cantamos y la aplaudimos, mientras se apagaban las luces y nuestras almas satisfechas salían a la bohemia que siempre estuvo al otro lado de la puerta.