Sonreír no es reírse

Sonreír no es reírse

Freddy Matos.

Un estilo de vida rápido, en una sociedad caótica, con sentimientos de inseguridad integrados culturalmente a este punto, Ciertamente, no siempre es momento de reírse, ni todos los días están para eso. Pero, ¿qué es sonreír? aparte de ser una respuesta humana de alegría o satisfacción, puede usarse estratégicamente.

Como una herramienta natural que podemos moldear desde adentro para cambiar algo afuera, si sonreír es reírse sin sonido, entonces sonreír viene siendo como, ¡bailar sin música!

Muchas cosas tienen varias capas; tal vez la gran mayoría. Como en el afecto, hay querer, hay que amar. Como en el odio, hay rencor, hay represiones, distorsiones.

Todo necesita un balance, sino por defecto la balanza caerá favoreciendo a un lado y perjudicando al otro. Cuando el afecto se desborda y hacemos amistad con la idealización se está creando un camino que resulta difícil recorrer sin caerse.

Cuando una emoción negativa nos arropa, nos va enterrando; opaca cualquier luz intrínseca o externa que nos pueda ayudar y hacer ver mejor las cosas; incapacitados de sentir e interpretar objetivamente, cedemos a la mala interpretación, creadora de vacíos que llenamos con dudas; pensamientos distorsionados que obstaculizan la paz interior propia de cada quien.

Así pues, la alegría trae consigo actitud jovial, risas y sonrisas, las cuales ayudan a crear la base para situarse auténticamente en la psique de las personas.

La sonrisa es otro lenguaje, como lo es la afección, como lo es la música. Si la integras en tu día, en tu personalidad, ¡tu vida cambia!

No todo el que sonríe se ríe, ¡pero todo el que ríe sonríe! ¡Aprende a sonreírle a la Vida, para que sientas la risa que da el vivir!

La motivación está directamente relacionada con el querer sonreír y la risa. No siempre se está de ánimos para reírse, y aunque sonreír es más simple, “querer querer” no funciona.

Cuando queremos enterrar emociones tristes fingiendo realidades solo estamos prolongando lo inevitable.

Cuando sonríes sin querer y te acostumbras, es como un pequeño préstamo tomado a la motivación interior personal donde los intereses son altos y para pagar necesitas risas genuinas, una mentalidad con pilares de optimismo, que, aunque no sean los encargados de regir la totalidad de cómo sentirse, sirven como rutas de comprensión, adaptación y/o escape.

Debemos tener una parte adentro que no pueda ser alterada por lo turbio y negativo del Mundo.

Las causas que determinan la conducta de los seres humanos son numerosas y se rigen por diversos factores. Hay tantas causas como personalidades; de ahí que “cada cabeza es un mundo”.

Cada quien es el encargado de desarrollar sus propias estrategias personales para lidiar con el día a día y los imprevistos de la Vida.

En lo personal, recomendaría el ejercicio. Es flexible dependiendo las capacidades y limitaciones de cada persona; puedes caminar, trotar, nadar, saltar, bicicleta, elige tú tu opción.

Aparte, ¡el ejercicio es un antidepresivo natural! Al hacer ejercicio tu cuerpo funciona mejor, tu mente se siente bien al reducir estrés y tensión, aumenta la resistencia corporal, propone conductas disciplinarias, reduce la ansiedad, es tiempo invertido por ti, en ti. En fin, te hará sentir mejor.

Recuerda que todos somos emisores y receptores de ideas, energías, estados de ánimo. ¡Aprende a bloquear lo que no quieres o no te conviene y a recibir lo que deseas y te suma!

¿Acaso no se sabe que todas las sonrisas son hermosas?