Con motivo del cierre de la sexta temporada de “Juego de tronos”, la actriz británica Sophie Turner visitó Madrid para protagonizar un encuentro con fans en el que ha podido comprobar que, lejos de remitir la atracción de la serie -que solo en Estados Unidos han visto 23 millones de personas cada semana- su interés global aumenta cada temporada.

Esta sexta temporada ha llegado a su fin, así que, para consolar a sus fans, el equipo del programa de televisión española “Late Motiv” invitó a su plató a una de sus protagonistas: la actriz Sophie Turner, que da vida a Sansa Stark, un personaje que ha padecido todo tipo de torturas y que ha sido emparejada con las peores parejas del reparto.

Sophie Turner (Northampton, Inglaterra, 1996) ha vivido sus cinco años en “Juego de Tronos” como algo vertiginoso, confesó cuando en “Late Motiv” le recordaron las imágenes de su primera prueba para la serie, con su pelo rubio original. “¡Dios mío, y yo pensaba que lo estaba haciendo bien…!”, exclamó mientras lo veía, al tiempo que reconocía que todo ha ido muy rápido en su trabajo: “No he tenido la oportunidad de vivir esa fama de la que todos hablan. Supongo que sí, se puede llamar éxito”.

“La audición duró meses -añadió la joven actriz británica-. Tuve que hacer seis ‘castings’ distintos. Estaba de vacaciones en Francia y le dije a mi madre que no volvería al colegio si no me daban el papel… Pero me llamaron, así que pude volver a clase”.

Reconoce que tanto sus padres como ella no tenían muy claro los detalles sobre el desarrollo de su rol de princesa Sansa Stark.

“Creo que no sabían todo lo que le iba a pasar al personaje… Empezamos a verlo a medida que iba avanzando… Al final de la cuarta temporada me dijeron que mi personaje iba a tener mucho más interés y pensé: “¡Qué bien, una trama amorosa!, Y entonces me casaron con Ramsay Bolton”, confesó a Efe.