Con el advenimiento de la era de las comunicaciones electrónicas que han convertido el mundo en una aldea mediática, los políticos y gobernantes de países, que antes se permitían hacer lo que le viniese en ganas, los aires están soplando en una dirección muy peligrosa para ellos, ya que en un abrir y cerrar de ojos, los manifestantes de un país dado, pueden comunicarse telefónicamente, por fax, internet y las múltiples variantes de Facebook, Skype, Linkedin, Sonico, Qué Pasa, Twitter y el rastreador de Wikileaks para planificar acciones que tengan repercusiones, no sólo nacionales, sino mundiales.

Ahora mismo, en España, en el denominado Kilómetro Cero de Madrid, la céntrica Plaza del Sol, un movimiento de protesta denominado “Revolución de los Indignados”, ha concentrado a miles de personas, la mayoría jóvenes o desempleados y la han rebautizado como la “Plaza de la Solución”. Las reivindicaciones a las cuales aspiran, es que se ejerza un mayor control de los partidos políticos y una democracia con verdadera separación de poderes. Este movimiento se ha extendido por las principales ciudades del país y ha sido también el responsable de que el Partido Socialista Español (PSOE), haya perdido del Partido Popular (PP) las recientes elecciones.

Guardando las distancias, en nuestro país, el denominado movimiento que utiliza como escudo las sombrillas amarillas y el lema del 4% para la educación, ha prendido en la población que  protestó indignada cuando en la recién finalizada Feria del Libro, a las personas que vestían con ropa amarilla se les impidió inicialmente la entrada, hasta que las autoridades se dieron cuenta que esa acción se revertiría en su contra. Asimismo, otro movimiento, el llamado “Toy Jarto”, exige que se ponga fin a la campaña política continua que no da respiro a los ciudadanos, lo cual constituye una excusa para que las Cámaras Legislativas no conozcan de las leyes que garantizan a todos un orden jurídico en donde existan iguales oportunidades para todos los dominicanos.

Los movimientos que están surgiendo constituyen una amenaza latente para los partidos políticos tradicionales que por muchos años han mantenido el statu quo de atraso, propiciando la corrupción, el desfalco del erario y la prevaricación. Asimismo, el nombramiento de funcionarios inescrupulosos los cuales se las han arreglado para fijarse sueldos fastuosos y elevadas pensiones, en la mayoría de los casos sin haber cumplido el tiempo reglamentario para merecer las mismas, sin que el Departamento de Prevención de la Corrupción, ni siquiera se moleste en citar a los infractores, al menos para guardar las formas. Pero, se preguntan los ciudadanos ¿Hasta cuándo el Gobierno va a mantener vigente esta entelequia que desprestigia la Administración Pública?

Nuestros políticos deberían prestar mayor atención a estos movimientos que ellos piensan ser improvisados. No obstante, la realidad demuestra que son dirigidos por avezados dirigentes que desde la clandestinidad mueven los hilos conductores de los mismos. Cuidado si les sucede como aquel que encontrando una granada no se dio cuenta que le habían quitado la espoleta, hasta que le explotó en las manos y le hizo añicos el cuerpo entero. Señores políticos, pónganle atención a las protestas que hasta ahora, afortunadamente para el país han sido pacíficas y rogar para que las mismas no se tornen violentas y suceda una poblada como la que repentinamente nos sobrevino en el año 1984.