Hoy 
POR FRANK PEÑA
NUEVA YORK.- Ted Williams, el más fino bateador del béisbol moderno (1947-2005), dijo una vez que «nadie se acuerda lo que tú coges o fildeas cuando tú bateas». La ofensiva, pues, para el último jugador en batear .400 está por encima de la defensa; por eso, Mike Piazza sigue como receptor titular de los Mets, siendo tal vez el peor catcher defensivo de las Mayores.
En el béisbol la categoría alcanzada por un jugador súper estrella se respeta, y cuando alguien viola esa regla no escrita los problemas aparecen de inmediato.
El rango alcanzado por Alfonso Soriano y Luis Castillo está definido, en parte, en sus respectivos salarios.
Soriano, con 4 campeonatos regulares y sin poder ingresar a la agencia libre, saltó de 800 mil dólares a 5 y medio millones en el 2004; vía agencia libre, él ganará no menos de 10 millones en el 2006, porque es un jugador franquicia y puede producir la pasión propia de un Miguel Diloné.
Bill Mazeroski logró 8 guantes de oro jugando la segunda, pero su ofensiva fue discreta; en 17 temporadas impulsó 853 carreras y anotó 769.
Si yo tuviera que elegir entre Mazeroski y el todavía activo jugador Jeff Kent, quien no tiene un guante de oro, me quedaría con Kent porque en apenas 13 campeonatos ha impulsado 1245 carreras y ha anotado 1074.
Sólo 13 defensores del segundo saco han empujado 1000 carreras, y Soriano con 4 escasas temporadas completas es fuerte candidato para ser el número 14.
En marzo del 2006 se celebrará la Copa o Clásico Mundial de Béisbol, y los fanáticos y cronistas de Nueva York y Santo Domingo están enfrentados respecto a quién debe ser el segunda base de la Selección Dominicana.
Hasta ahora la mayoría prefiere estructurar una selección con Luis Castillo como titular del segundo cojín, por su mejor defensa y por una supuesta mayor rapidez.
Castillo posee mejor defensa, pero esa cualidad no es suficiente para que él mande a domar banco a un súper estrella como Alfonso Soriano.
Elegir a Castillo en lugar de Soriano sería lo mismo que seleccionar a Julián Javier y a Bill Mazeroski, por la defensa, por encima de Rogers Hornsby, Ryne Sandberg, y Tony Lazzeri.
De la defensiva de Soriano en segunda se ha exagerado.
Soriano cometió 19, 23, 19, y 23 errores en los últimos 4 campeonatos, mientras Castillo hizo 13, 13, 10 y 6, para una diferencia anual de 6, 10, 9, y 17. Los errores de Soriano son muchos, pero no están fuera de las cantidades normales entre los grandes segundas bases.
Julián Javier, por ejemplo, pifió 24 veces en 1960 y luego tuvo campeonatos de 20, 19, 25, 27, 24, y 21 errores; Rod
Carew, junto a Roberto Clemente únicos latinos con 3000 hits, erró 15, 18, 17, 16, 16, 33, y 18 veces en 7 distintas campañas.
Bill Mazeroski, con 8 guantes de oro, tuvo 5 años de 17, 17, 23, 23, y 18 errores. Tony Lazzeri, con 1191 impulsadas, jugó campañas de 31, 26, 27, 22, 25, 25, y 22 pifias.
Joe Morgan, quien anotó 100 o más carreras en 8 diferentes campañas y se robó 689 bases, se equivocó en la defensa 27, 21, 18, 17 y 17 veces en 5 diferentes años.
Charlie Gehringer, segunda base con el récord de 1427 empujadas, erró 27, 35, 23, 30, 25 y 21 jugadas. Y Rogers Hornsby, el mejor segunda base, con 1579 anotadas y 1318 impulsadas –los números de los primeros 5 años están perdidos–, compiló temporadas de 20, 22, 52, 46, 34, 25, 30, 30, 27, 25, 21, y 23 malas jugadas.
Entre Soriano y Castillo hay una enorme diferencia en la ofensiva; la capacidad de bateo del primero tiene más peso que la defensa del segundo.
Siendo un primer bate en el 2001, Soriano realizó algo no visto en Grandes Ligas; reunió los siguientes números: 128 anotadas, 102 empujadas, 209 hits, 51 dobles, 39 jonrones y 41 robos; una temporada típica de un Willie Mays o un Hank Aaron.
Ese mismo año Castillo acumuló las siguientes marcas: 76 anotadas, 45 empujadas, 140 hits, 16 dobles, 2 jonrones, y 33 robos.
Viendo las estadísticas del año 2001, jamás yo escogería a Luis Castillo para una Copa Mundial en lugar de Alfonso Soriano.
Castillo tiene la mitad de los turnos al bate de Soriano en el 2005, pero de todas maneras los números acumulados por ambos jugadores hasta el primero de junio, dicen que sería imprudente y falto de juicio sentar a Soriano y poner a jugar a Castillo.
El primero de junio Luis tenía 24 anotadas, 7 empujadas, 33 hits, 3 dobles, cero jonrones, y 5 estafas; y Alfonso 41 anotadas, 33 empujadas, 59 hits, 15 dobles, 14 jonrones, y 8 robos.
Quizás Castillo sea más rápido según muchos cronistas, lo que pongo en duda, pero puedo asegurar que Soriano es mejor robador.
Castillo, en 1997 logró 16 robos y fue capturado en 10 ocasiones, para un 61% de éxito; en el 2001 combinó 33-16-67%; y en el 203 terminó con 21-19-52%.
Soriano, en sus 4 temporadas regulares, robó y fracasó en esta forma: 43-14-75%, 41-13-76%, 35-8-81%, y 18-5-78%.
En la presente campaña del 2005, Soriano tiene 8 robos y cero captura, para un 100% de efectividad; Castillo tiene 5 estafas y una captura, o sea 83% de éxito.
