NUEVA YORK, EFE.- Las tiendas de juguetes de Nueva York, siempre atentas a las tendencias más innovadoras, han lanzado estas Navidades una sorprendente muñeca con un aspecto muy familiar al de la niña que la recibe: es idéntica a ella.

Aunque hay quien opina que la reacción de la pequeña el día de Navidad, al encontrarse a sí misma en miniatura y envuelta en papel de regalo, puede ser terrorífica, la realidad es que este original regalo está teniendo un gran éxito en la «Gran Manzana».

De hecho, la entrada de la exclusiva «American Girls» y de la famosa «FAO Schwarz», ambas ubicadas en la Quinta Avenida, llama la atención por el trasiego de niñas acompañadas de seres diminutos que son idénticos a ellas, incluso en la forma de vestir.

No en vano, las instalaciones de la «American Girls», de 4.000 metros cuadrados, cuentan con colecciones de ropa para ambas, así como una curiosa peluquería que se encarga de que el parecido entre la niña y su «mejor amiga» sea estremecedora.

Pero los responsables de FAO Schwart -la tienda que hizo famosa Tom Hanks con la película «Big»- han decidido ir más allá en su intento de «clonar» a los más pequeños, con un servicio que permite, incluso, hacer un molde exclusivo del rostro de la niña o del niño.

Para ello, FAO Schwart ha contratado a una fábrica de Denver, eToys Direct, que personaliza todos los detalles de los pequeños, desde el color de ojos, la tonalidad de la piel, el cabello, la forma del óvalo de la cara, o incluso señas de identidad como cicatrices o marcas de nacimiento.

«Desde que sacamos este producto en junio, el éxito ha sido increíble. Ahora producimos cada día varios centenares de muñecas personalizadas. Estamos felices», aseguraba a EFE la portavoz de la empresa, Sheliah Gilliland.

Según explica, conseguir una reproducción de los niñas en muñecas hace más ilusión a los padres que a los hijos, según explica, aunque a éstos también les agrada la posibilidad de jugar con alguien tan parecido a sí mismos.

«Muchos padres nos escriben diciendo que están felices con la muñeca que han recibido, porque les permitirá recordar como era su hijita cuando ésta crezca», asegura, encantada, Gilliland.

Según explica, los precios no son muy elevados, si se tiene en cuenta que el trabajo es casi artesanal. El precio de salida de las muñecas es 119 dólares, si bien aumenta conforme se le añaden detalles personalizados.

El producto se comercializa en todo Estados Unidos, gracias a que la empresa ha creado un sistema para diseñar desde casa la muñeca que desea a través de internet, en la página www.mytwinn.com.

Así, la empresa ofrece cuatro tonos de piel, ocho colores de ojos, ocho modelos de peinado, y quince rostros, aunque si las propuestas no se adaptan realmente a la imagen de la niña, se puede enviar una foto por correo y la reproducen en sólo un par de semanas, pagando sólo diez dólares adicionales.

También ofrecen la posibilidad de replicar a niños, aunque en este caso las opciones son menos variadas.

En cualquier caso, la moda de los juguetes exclusivos y personalizados, que está haciendo furor entre los más pequeños, se ha extendido también a los clásicos ositos de peluche o «teddy bear», como se les denomina en Estados Unidos.

Una de las últimas cadenas en abrir en la «Gran Manzana» es «Build-a-Bear Workshop», un gran espacio donde los niños pueden obtener una variedad casi ilimitada de estos queridos compañeros de juegos, con ropa, adornos y toda clase de complementos.

En su afán por trasladar la realidad al mundo del juego, FAO Schwart posee además una sección en su gran tienda de Manhattan -reabierta hace sólo unas semanas-, que reproduce exactamente la sección de neonatos de un hospital.

Así, en una sala acristalada, a la vista del público, varias enfermeras atienden a los pequeños «recién nacidos» que, en sus respectivas cunas, esperan a ser comprados por la niña o niño que se encapriche de ellos.