Sorprendente triunfo socialistas en España

Sorprendente triunfo socialistas en España

MADRID (dpa).- El socialista José Luis Rodríguez Zapatero se alzó ayer como el triunfador en las elecciones generales en España, al batir contra todo pronóstico al candidato del gobernante Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, en una jornada marcada por la sombra de la masacre terrorista en Madrid y la masiva afluencia a las urnas.

Los socialistas dieron un vuelco sorprendente a las encuestas, al conseguir el 42,65 por ciento de los votos (164 diputados), frente al 37,65 por ciento de los populares (148), aunque no lograron la mayoría absoluta.

De hecho, Rodríguez Zapatero logró más votos que los obtenidos por José María Aznar al frente del PP en 2000, cuando se hizo con una apabullante mayoría absoluta de 183 diputados frente a los 125 de los socialistas. Pero, a diferencia de hace cuatro años, cuando la participación ciudadana fue el 68 por ciento, este año la concurrencia superó el 77 por ciento.

«Estoy preparado para la resposabilidad de formar el gobierno del cambio», dijo Zapatero en la sede del PSOE, tras iniciar su comparecencia ante los medios con un minuto de silencio por los 200 muertos y más de 1.400 heridos de los atentados.

Zapatero, que prometió empezar a trabajar «esta misma noche» por el «cambio» en la forma de gobierno, dio al traste con todos los pronósticos previos a los atentados del 11-M, que auguraban una clara victoria de Rajoy, aunque sin mayoría absoluta.

«Me propongo fortalecer el prestigio de las instituciones democráticas, impulsar la España social, situar a España en la primera línea de la construcción europea y guiarme en todo momento por la Constitución», dijo el socialista.

Ante la sede socialista de la calle Ferraz, los votantes socialistas acogieron con euforia la victoria de Zapatero al grito de «presidente, presidente» y «viva la paz».

«Los resultados muestran que (Rodriguez Zapatero) ha sabido hacerse acreedor de la confianza de los españoles», dijo Rajoy con el semblante muy serio, al comparecer ante la prensa acompañado por el presidente del gobierno, José María Aznar, en la sede central del PP. «El Partido Popular reconoce y acepta el veredicto de las urnas», dijo.

Zapatero puede ahora formar una coalición de gobierno o gobernar en minoría, ya que no alcanzó la mayoría absoluta, 176 diputados, que le habrían permitido mandar en solitario sin tener que pactar.

Entre sus posibles socios parlamentarios para la gobernabilidad a lo largo de la legislatura destacan los nacionalistas catalanes de Corvergencia i Unio (CiU), que bajan de quince a diez diputados, la independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que sube de forma espectacular de uno a ocho diputados, e Izquierda Unida (IU), que desciende de nueve a cinco.

Analistas políticos atribuyen la apabullante victoria del PSOE, que pondrá fin a dos legislaturas consecutivas del PP, a las consecuencias de la gestión por parte del gobierno popular de la crisis causada por la masacre terrorista del jueves en Madrid.

«El gran derrotado se llama José María Aznar», sostuvo un analista en la televisión. El aún presidente del gobierno, visiblemente afectado, apareció ante los medios junto a Rajoy, a quien palmeó en la espalda. Aznar no habló.

Las críticas de manipulación informativa contra el gobierno del PP fueron creciendo en las horas previas a las elecciones, hasta tal punto que miles de españoles se habían congregado el sábado por la noche, en plena jornada de reflexión, ante las sedes del PP en muchas ciudades españolas, entre ellas la capital, exigiendo conocer la autoría de los atentados del jueves.

El PP la había atribuido a ETA al poco de producirse e insistió en esta hipótesis, mientras iban conociéndose indicios que apuntaban al extremismo islámico.

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que se vio perjudicado por el voto útil hacia el PSOE, saludó la «derrota de la derecha autoritaria y mentirosa».

«Sentimos la derrota del PP y la victoria de la izquierda como propias», manifestó Llamazares, que habló de una «sensación agridulce» por el «severo retroceso».

El portavoz de ERC, Joan Ridao, mostró la disposición de su formación «a implicarse en la gobernabilidad del Estado, asumiendo los espacios que le puedan corresponder».

El Partido Nacionalista Vasco (PNV) se mantuvo en siete escaños.

[b]¿Quién es Rodríguez Zapatero?[/b]

MADRID (dpa).- Si la victoria da la razón, José Luis Rodríguez Zapatero la tuvo: la oposición «tranquila» que preconizó el secretario general del Partido Socialista (PSOE) desde que llegó al cargo hace cuatro años lo elevó a la presidencia del gobierno español. Aunque los atentados de Madrid también lo ayudaron.

Pocos le creyeron hace una semana cuando aseguró tener el «pálpito» de que iba a convertirse en el nuevo presidente del gobierno español. Y hoy derrotó a Mariano Rajoy, que acudía a las urnas con el aval de ser el delfín de José María Aznar.

La decisión de Zapatero, nacido en Valladolid el 4 de agosto de 1960, era firme: llegar a La Moncloa, superando por votos al PP, sin pactos contra natura para hacerse con el cargo.

Las encuestas antes de la masacre terrorista de Madrid no se lo ponían nada fácil: aunque las últimas publicadas le daban un leve ascenso, seguía a la zaga de Rajoy.

Cuando los partidos de la oposición acusaban abiertamente a Aznar de «manipulación» de información sobre la autoría de la masacre, Zapatero siguió manteniéndose tranquilo y no hizo leña del árbol caído. Su victoria electoral da razón a su talante, que conserva también en la intimidad.

Según los que lo conocen, Zapatero es un hombre sereno -soso, dicen algunos-, de convicciones firmes, que antes de tomar decisiones las medita mucho y luego no da un paso atrás.

El talante de Zapatero ha alimentado quizá las acusaciones de falta de liderazgo, de blando: el vallisoletano es una persona que tanto en lo personal como en lo político rehúye el enfrentamiento abierto y agresivo, visceral. Lo definen como un hombre tranquilo.

«Se enfada muy poco y no se queja, porque cree que no tiene verdaderos motivos para quejarse», dice de él su mujer, Sonsoles Espinosa, profesora de música y soprano que se encuentra a su lado desde que se conocieron en la facultad de Derecho. Tienen dos niñas.

En el Congreso de los Diputados tampoco se le ha visto nunca perder los nervios. Tan sólo en los plenos en los que se abordó la guerra de Irak se le vio crispado frente a José María Aznar. El socialista nunca entendió el apoyo del gobierno al conflicto y salió a la calle en las masivas manifestaciones contrarias a la intervención armada.

Desde su llegada a la cabeza socialista, Zapatero no sólo tuvo que enfrentarse con el PP, sino también con críticos dentro de su propio partido. A menudo, sus detractores le han acusado de falta de liderazgo y ha tenido que ver cómo pesos pesados dentro del partido lo cuestionaban.

El secretario general de los socialistas ha sufrido dos grandes golpes: El primero, la deserción de dos tránsfugas socialistas en la Asamblea de Madrid, que hizo perder a su partido el gobierno regional.

El segundo, la revelación de que el líder independentista catalán Josep Lluis Carod Rovira, socio de gobierno de los socialistas en Cataluña, se había reunido con ETA. El presidente del gobierno catalán, el socialista Pasqual Maragall, no siguió la petición de Zapatero de romper la coalición de gobierno con los independentistas de Esquerra Republicana.

Zapatero se inclinó ya a los 16 años hacia la política. Fue en un mitin de Felipe González, en el que quedó prendado del carisma del líder socialista. Y hoy siguió su senda: será el segundo presidente socialista de España. El primero fue González entre 1982 y 1996.

Desde su nacimiento, las ideas de izquierdas corrían por las venas de este político al que muchos califican de atractivo: alto, rubio y con ojos azules.

Nieto de un capitán del ejército republicano ejecutado nada más comenzar la Guerra Civil española (1936-1939), Zapatero creció en una familia de clase media progresista. Su padre, decano del Colegio de Abogados de León, transmitió a sus hijos el significado de ser de izquierdas.

Con 18 años, Zapatero se afilió al PSOE. Y tras una rápida ascensión en el partido en León, donde vivía con su familia desde niño, se convirtió a los 26 años en el parlamentario más joven del Congreso de los Diputados.

El penúltimo escalón político lo alcanzó en el 35 Congreso socialista, en el que en 2000 se erigió sorpresivamente en secretario general del partido por nueve votos de diferencia sobre el veterano José Bono, en un momento en el que el PSOE se encontraba a la deriva.

Hoy ascendió el último peldaño. «No sufriré ninguna transformación personal si llego a la presidencia de España», había prometido.

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