Sorpresa conyugal

Sorpresa conyugal

Desde sus años de adolescencia mi amigo mostraba su rechazo a los hombres que, usando su propia expresión, “disfrutaban con la carne de cocote”.

Escapaba velozmente si en alguna reunión en la que participaba se presentaba un congénere con gestos, voz, o vestimenta femeniles.

Cuando compartía tragos con sus tercios en algún restaurante, dejaba el claro después de colocar sobre la mesa la parte monetaria que le correspondía, si se posaba en uno de los asientos un cundango.

Una noche en que le pregunté por una amiga suya, mujer de gran hermosura, le vi arrugar la cara en ostensible gesto de desagrado.

-La pobre tiene un hermano del cual me atrevo a afirmar que, después de divorciarse de una mujer honesta, transita actualmente par rutas pajaroides.

Lanzó un escupitajo, y la expresión de su cara adquirió matices de hosca severidad al continuar su exposición.

-Parece que su tendencia volátil se mantuvo frenada durante los años de matrimonio, pero una vez eliminado ese obstáculo, asumió su verdadera orientación sexual; ahora anda para arriba y para abajo con un tipo al cual se le ve desde lejos que hace tiempo que salió del closet. Dime con quién andas, y te diré quién eres, es un refrán antiguo y verdadero. Y aunque alguna gente diga que todo el mundo tiene un amigo o un familiar lonfa, soy la excepción confirmatoria de la regla, porque no tengo parientes ni enllaves con ese grave defecto. Poco después de esta conversación circuló el rumor de que la esposa del homofóbico lo había convertido en venado, y que éste le había puesto demanda de divorcio.

Por lo que antecede, no me sorprendió su llamada telefónica, ni el tono airado de su voz cuando me ofreció la información.

-iEsa perra, esa bandida, esa enferma sexual, no solamente me jugó sucio, sino que lo hizo con un hombre falso, pese a que calza pantalones, y hasta tiene bigote y sombra de barba! Estoy seguro de que nunca adivinarías quién es la sabandija con la cual atentó contra mi honor. iNo lo sabes, nadie te lo ha dicho?

No pude siquiera abrir la boca para responderle, pues su voz llegó rápidamente a mis oídos

-Se trata del hermano de la hembrota, el recién enganchado a maricón.

Desde entonces, mi amigo ha moderado considerablemente su discurso anticundanguil.

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