Sorteos de obras

Sorteos de obras

El presidente Danilo Medina, conforme a su promesa de campaña de adjudicar por sorteos a ingenieros las obras del Estado, inició ese proceso justiciero el 30 de noviembre pasado, asignando a 372 profesionales 46,032 aulas de cien mil proyectadas.

Las obras del Estado, pequeñas y grandes, sobre todo estas últimas, eran asignadas privilegiada y sospechosamente por el presidente Leonel Fernández a tres constructoras, las brasileñas Odebrecht y Andrade Gutiérrez y al ingeniero Manuel Estrella, que hicieron su agosto por doce años.

Fue un estilo poco democrático y censurable, como lo fueron no modificar las leyes 36-66 sobre Porte y Tenencia de Armas de Fuego para que solo se permita la tenencia, no el porte, y la Ley 24l sobre Tránsito Terrestre en que se criminalice violar la luz roja y transitar en vía contraria, y que tantas  pérdidas de miles de vidas se hubiesen evitado, y además, criminalmente haitianizar el país con unos dos millones de ilegales, un peligro inminente para la nacionalidad dominicana.

Fueron lastres muy traumáticos para nuestra sociedad merecedora de ser conducida con dosis aceptables de prudencia, eficiencia y patriotismo, término muy desvencijado y casi obsoleto, en aras de los intereses grupales y el expediente siempre proditorio de la reelección.

Ahora que no la hay, el presidente Medina inicia su promisoria gestión titulando y legalizando  bienes inmuebles públicos y privados, democratizando asignar la construcción de obras del Estado y es de esperarse que proceda con los imperativos señalados para que su administración disponga de un gran consenso ahora y para la posteridad.

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