TEXAS (AP).- Cuando Sammy Sosa regresó a las Grandes Ligas después de un año sabático, el dominicano aseguró que buscaba mucho más que los 12 jonrones que le faltaban para llegar a 600.

Ahora que el toletero está a dos de la cifra y de convertirse en apenas el quinto beisbolista en alcanzarla, no quiere ni pensar en eso.

«Podría tener un gran significado para mí o para cualquier persona, pero no es momento para hablar de ello. Ahora mismo, estoy concentrado en mi trabajo, en venir preparado al estadio todos los días. Me importa poco lo que piense la gente… estoy aquí para el equipo, no para jugar para mí», señaló Sosa.

Sin embargo, por la manera como están jugando los Rangers de Texas, el regreso de Sammy ha sido uno de sus puntos más positivos de la temporada del 2007..

«Ha sido un gran compañero. Estamos animándolo», señaló el paracorto Michael Young. «Trabaja duro, está en el cuarto de pesas todos los días y es maravilloso con los chicos», agregó.

Texas (18-29) que tiene la peor foja de la Liga Americana, tuvo el jueves el día libre antes de comenzar una serie este fin de semana ante los Medias Rojas de Boston.

Sosa ha conectado 10 jonrones y 36 carreras impulsadas, ambas cifras entre las 10 mejores de la Liga Americana en 41 partidos después de que firmó un contrato de ligas menores y se integró al equipo en pretemporada con una franquicia que le dio su primera oportunidad en el verano de 1989.

«Creí que lo había visto todo de él, pero todo lo que hace, no me sorprende porque sé de la experiencia que tiene… y estoy seguro que mucha gente estaba muy escéptica por muchas razones con él. Sin embargo, nos demostró que tenía seriedad en regresar a jugar».Ese escepticismo se debió a los cuestionamientos sobre los esteroides que han perseguido a Sosa, el único jugador con tres temporadas con más de 60 jonrones.

Al igual que Mark McGwire y Barry Bonds, Sosa está bajo sospecha de haber consumido esteroides antes de que fueran prohibidos en el béisbol a finales del 2002.

Asimismo ha sido un largo período desde que comenzó el año que estuvo lejos del béisbol por un largo tiempo..

Sosa se fue a la República Dominicana después de batear para promedio de .211 con 14 jonrones y 45 carreras impulsadas en 102 partidos en el 2005, su única temporada con los Orioles.

Ese año, fue uno de varios peloteros que testificaron ante una comisión del Congreso en torno al consumo de esteroides en el béisbol profesional general.

Desde que tuvo promedio al bate de .328 con 64 jonrones, 160 carreras impulsadas y 146 anotadas en el 2001, los números de Sosa en cada categoría cayeron.