Sosa, Tejada y Palmeiro serán «terror» de los lanzadores

Sosa, Tejada y Palmeiro serán «terror» de los lanzadores

POR DIONISIO SOLDEVILA
Los Orioles de Baltimore se han concentrado en conformar un equipo netamente ofensivo, con mucho poder y talento en el plato aunque con escasas opciones en el plano del pitcheo. Cuentan con dos figuras de 500 jonrones, un Caballo de Hierro, un receptor de 40 cuadrangulares, pero al comenzar los entrenamientos de primavera todavía no tienen un cerrador.

Sin embargo, nada opaca la alegría que se vive en Baltimore, donde el torpedero Miguel Tejada es un rey que viene para su segunda campaña y la llegada de Sammy Sosa para unirse al cubano Rafael Palmeiro y sumar más de 1,000 cuadrangulares entre ellos dos convierte la ofensiva de los Orioles en una de las más temibles del Este.

Tejada viene de una campaña en la que empujó 150 carreras y mantuvo su hegemonía como el mejor campo corto de las Grandes Ligas al aportar 34 cuadrangulares y un promedio de .311.

La defensa de Tejada no tiene dudas y aunque comete más errores que otros, eso se debe a su capacidad de perseguir rodados cada vez más lejos.

Sosa tendrá que demostrar que sus mejores años no están detrás y que queda mucho material en su poderoso madero después de tener su peor temporada en los últimos ocho años en el 2004.

El petromacorisano se quedó en 35 cuadrangulares, empujó 80 carreras y bateó para .253 en una ciudad que simplemente dejó de quererlo y prefirió optar por el cambio a pesar de tener que invertir US$12 millones solo para dejarlo ir.

Sosa tiene la encomienda de batallar con todos esos demonios y volver a la cumbre. Una excelente condición física mostrada durante el invierno y su integración fijada para hoy puede servir como presagio para un buen año del único pelotero en la historia con tres temporadas de 60 cuadrangulares.

En el caso de Palmeiro, hubo una notable disminución en sus cuadrangulares (de 38 a 23) entre su último año en Texas y su primero en Baltimore, pero con 551 cuadrangulares de por vida y un ánimo que aparenta incansable, los Orioles confían que volverá a calentar el madero.

La esperanza de Baltimore es que estos peloteros, en compañía por supuesto de otras figuras como el receptor boricua Javy López (.316-23-86) y el padre de quintillizos Melvin Mora (.340-27-104) puedan aportar muchas carreras para un pitcheo dudoso.

EL PITCHEO

El dirigente Lee Mazzilli mantendrá un dolor de cabeza muy similar al del 2004 ya que la gerencia de Baltimore no hizo movimientos que pudieran fortalecer el cuerpo monticular de Baltimore.

Si se toma en cuenta que el estelar o ace del equipo es el arubeño Sidney Ponson, entonces hay problemas.

Ponson ganó 11 partidos el año pasado, pero perdió 15 y tuvo una elevada efectividad de 5.30, siendo una gran incógnita al momento de subir a la lomita de los sustos.

Junto al arubeño tenemos al mexicano Rodrigo López, quien debe llegar descansado a la temporada luego de que se le prohibiera jugar a tiempo completo en el invierno y se le excluyera de la Serie del Caribe.

López ganó 14 y perdió nueve, con 3.59 de efectividad, siendo mejor opción que el mismo Ponson.

El dominicano Daniel Cabrera es el tercer abridor del conjunto después de una primera temporada en las Grandes Ligas en la que ganó 12 juegos y mostró un buen potencial.

Erik Bedard (6-10, 4.59) y Matt Riley (3-4, 5.63) completan el quinteto de “estelares” del montículo de los Orioles.

La lesión de Jorge Julio deja a Baltimore sin cerrador para el comienzo de la temporada ya que los problemas en el antebrazo del venezolano aparentan más serios de lo que inicialmente se pensaba.

La labor de Mazzilli no será nada fácil para esta su segunda campaña, un año después de haber registrado 78-84 y terminado en el tercer lugar de la División Este de la Liga Americana, detrás de los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston.

A pesar de la contratación de Sosa para reforzar el cuerpo ofensivo, Baltimore proyecta terminar en ese mismo tercer lugar a menos que se dé un milagro y sus lanzadores se crezcan, algo poco probable.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas