El Presidente Medina se quejó del poco dinero que le quedaba para invertir y para gasto social después de pagar la deuda. Es el resultado de la política de déficits del presupuesto para un crecimiento de espejismo, seguida durante los años 2005-2012, cuando acumulado la deuda creció 84% y la economía 53.5%. La diferencia acumulada de 30.5 puntos porcentuales, no solo habla de la insostenibilidad del presupuesto, sino que también explica por qué la deuda aumentó (27.8%) mucho más que la economía (4.5%) en el 2013, no obstante el drástico ajuste del gasto y el inicio del proceso de consolidación de las finanzas. Y porque en el 2014, de los ingresos corrientes, los intereses absorben 17%, no debe superar 15%, y el servicio de la deuda 43%, se recomienda no más de 30%.
La situación podría empeorar si nos conformamos con solo manejar la situación, lo que sería relativamente fácil, porque habrá prestamistas mientras paguemos, el problema es humano, la pobreza aumenta y empeora la distribución de ingresos. Lo que debemos hacer es iniciar un proceso para reducir la deuda en el mediano plazo, lo podemos lograr si la economía crece más que la deuda. Existen otros caminos, pero no son viables: con mayor inflación; obligando a bancos comerciales y fondos de pensiones a comprar deuda pública con un menor interés y reestructurándola. En el corto plazo es necesario controlar el servicio de la deuda, reduciendo el interés de los valores emitidos. El BC defiende la existencia del diferencial de rendimiento entre sus títulos y los de Hacienda, la verdad es que se trata de una distorsión que aumenta innecesariamente el déficit del Fisco y el déficit cuasi fiscal del BC. Creo, sin importar el destino de los fondos, que deben tener igual rendimiento los títulos que respondan más o menos a las mismas características.
Me sorprendió el argumento de que el presupuesto público se ahorró RD$80 mil millones del 2005 al 2013, porque la tasa de cambio observada estuvo por debajo de la utilizada en los presupuestos. El ahorro nunca se produjo, porque el gasto de todos los sectores (gobierno, empresas y familias) de la economía se ajustó a la tasa observada y no a la estimada. Además, ningún hecho histórico se analiza basado en lo que pudo haber pasado, nadie lo sabe. Es teoría de la historia que cuando se construye y se difunde una versión sustentada en lo que pudo suceder, su decontrucción toma tiempo, abundan ejemplos en el campo de la economía y las finanzas durante los pasados gobiernos.
La eliminación del diferencial de interés libera recursos al presupuesto público, puede lograrse aplicando la letra e) del artículo 16 de la Ley Monetaria No.183-02, que permite financiar con títulos del gobierno el déficit cuasi fiscal de la entidad bancaria. Podría modificarse para alargar el plazo de los títulos. Concentrando la emisión en Hacienda, se enviaría el mensaje positivo de que los déficits públicos se financian al menor costo posible, que se coordina la política monetaria y fiscal para privilegiar el objetivo general sobre los particulares. Pero no nos engañemos, mientras no salgamos de la trampa de la deuda no habrá recursos para reducir la deuda social.