POR JOSE CACERES
El «récord-man» en Salto Alto, el cubano Javier Sotomayor, arribó ayer a la República Dominicana donde encabezará una cursos y seminarios talleres de ese deporte junto a la Federación Dominicana de Atletismo, donde participarán atletas y entrenadores de más de 32 países que se inicia hoy en el Estadio Olímpico a las 8:30 de la mañana.

Le acompaña el campeón panamericano juvenil de Salto Alto, Lisvani Pérez, de 21 años, quien llegó en el lugar 11 en los pasados Juegos Olímpicos de Atenas y su entrenador, Guillermo de la Torres.

La estrella de Salto Alto manifestó pocos minutos después de llegar al país que estaba encantado de visitar esta patria donde tiene buenos amigos y está seguro que se cumplirán con los objetivos que se han trazado para este curso.

«Toda la experiencia que adquirí durante mi carrera, ahora quiero traspasarla a los jóvenes talentos de América Latina y a sus entrenadores para que brillen nuevos futuros», añadió.

Precisó que es la primera vez que visita la República Dominicana y lamentó que no haya podido coincidir con su amigo, Félix Sánchez, quien se marchó el pasado viernes.

«Somos amigos, hemos compartido hasta habitación y es un gran chico, es el campeón mundial, Panamericano y Olímpico», adujo.

Hizo un ferviente llamado a los atletas del mundo que lo más importante, a pesar de tener talento, es trabajar con disciplina, entrega y amor por lo que hace y los frutos llegarán.

Explicó que tiene informaciones de que en el país hay atletas con grandes condiciones para brillar en Salto Alto y quiere verlos para darle a conocer sus experiencias.

CONSEJO A FÉLIX SÁNCHEZ

Javier Sotomayor, quien compartió ayer con su amigo Julio Luciano, le recomendó a Félix Sánchez que siga trabajando fuerte para romper el récord mundial de los 400 metros con vallas, pero que no se obsesione. «Eso es malo, si él lo hará, el tiempo se lo dirá», añadió.

Comentó que la forma de correr de Félix es lo que más le impresiona, ya que lo hace- al parecer- sin hacer ningún esfuerzo.

SU CARRERA

Desde su más temprana juventud practica el deporte, des tacándose por el salto de altura. Sus aptitudes para esta modalidad le permitieron, gracias a una beca, estudiar en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Deportivo de la Habana. Allá entró en contacto con José

 Godoy, el que sería su entrenador. Antes de cumplir los veinte años, en 1986, se hizo con el Campeonato del Mundo Junior al saltar los 2,36 metros. Debido a circunstancias políticas no pudo participar en los Juegos Olímpicos de Seúl. Sin embargo, esta situación no le impidió superar en este año el récord del mundo con un salto de 2,43 metros, aún vigente. En Puerto Rico pudo batir, poco después, su marca con 2,44 metros. Una lesión al comienzo de la década de los noventa le obligó a abandonar temporalmente este deporte. Esto le permitió proseguir con sus estudios de Cultura Física. En esta poca se produjo además la muerte de José Godoy, su entrenador, que fue sustituido por Guillermo de la Torre. En 1992, durante la celebración de los Juegos Centroamericanos consiguió la medalla de oro y en las Olimpiadas de Barcelona también se hizo con el oro. Esta y otras muchas victorias ha convertido a Sotomayor en uno de los personajes más apreciados de su país. Su trayectoria profesional ha sido reconocida con numerosos premios, como el Príncipe de Asturias del Deporte en 1992.