“Soy un loco artístico, enamorado de los dulces”

“Soy un loco artístico, enamorado de los dulces”

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Junto a su pareja Leonela e hija María Fernanda

Con una maleta cargada de sueños desde Venezuela llegó en 2002 un joven emprendedor que combina los ingredientes perfectos para complacer los paladares más locos, y también para que se le quiera porque aunque es temperamental, es un pan de Dios, como dicen popularmente. Él es el chef Raúl Cifuentes Bonnet, de El Fantástico Forneau (El horno fantástico).

La trayectoria profesional de este pastelero y panadero de 36 años no solo ha conquistado el mundo de la pastelería, sino el corazón de muchos de sus seguidores, quienes se deleitan con los diversos platillos que prepara en su restaurante, y además se divierten con los memes que comparte en sus redes.

Como dicen por ahí, el mundo da muchas vueltas, porque lo menos que Raúl tenía en su mente es que se iba a convertir en cocinero, porque estudiaba ingeniería, y se ríe a carcajadas porque ni él mismo entiende por qué eligió esa carrera.

Además fue una sorpresa para muchos ver el camino que ha emprendido durante su vida, porque todo el que lo conoció de joven pensaba que ahora mismo estaría ¡preso o muerto! ya que era muy travieso, inventaba demasiado, tanto así que hasta llegó a consultarse con psicólogos y psiquiatras.

“Fui una joyita… pero al final la oveja negra se convirtió en dorada (se ríe con picardía)
Nos cuenta que sus inicios en el arte culinario se debieron a que ese tiempo estaba de moda la cocina del reconocido chef Ferran Adrià, quien sin dudas revolucionó el mundo de la gastronomía.

“Gracias a él tenemos este boom de tantos cocineros en el mundo”, destaca.
Continuando la conversación, alguien cercano a él que vio ese talento escondido y que necesitaba ser expuesto al mundo, le aconsejó para que diera ese paso, sin saber que su “sazón” iba a gustar tanto y que se le iba a dar tan bien el cocinar y mezclar.

Entonces pensó: A lo mejor era lo mío, y por moda me metí en esa carrera, pero tampoco es que soy ese tipo personaje que cocina desde chiquito y toda su vida soñó para ser chef”.
Luego fue perfeccionándose haciendo cursos en Venezuela, e hizo un diplomado de Artes Culinarias en República Dominicana.

Sin él menospreciar su capacidad y talento, afirma con seguridad: “la palabra chef es muy grande y la tomamos a la ligera, nadie en el mundo puede darte un título de ¡chef! Si alguna institución te vende eso huye lo más rápido que puedas, un chef tiene que liderar cocina, equipos de trabajo y ser un duro en todas las áreas; yo me considero un loco artístico, que le encanta complacer a la gente con sus locuras y después que tenía cinco años trabajando en esto me di cuenta que estaba enamorado de este mundo”.

Pero cuando Dios tiene destinado algo para una persona se cumple en su tiempo, porque sin proponérselo o sin tener alguna motivación, Raúl ha puesto de manifiesto la pasión y entrega en un trabajo que nunca pensó en hacer.

Como él mismo dice: “si te digo que algo me motivó al principio te digo mentira, fue una bola que fue rodando y se fue sola, al principio estudié para ser cocinero, luego por la gran demanda de cocineros que tenemos en el país tuve una oportunidad en pastelería y empecé ese mundo, me enamoré de mala manera”, entre carcajadas dice que es como un amor tóxico.

Cómo surge el Fantástico Forneau
Después de estar durante mucho tiempo como encargado de la pastelería de HeladoDude, su socio y hermano mayor, Roberto Muñoz, le propuso ese proyecto para poder tener “una casa de muñecas para todas las cosas que me invento”.

Además de que la gente que se lo pedía a gritos tener un lugar especial para disfrutar de sus originales inventos. Así surge el Horno Fantástico, “donde todo lo que salga de ese horno es único en el país. (Como un superhéroe y su superpoder es sacar cosas deliciosas que vuelve loca a la gente”.

Los deleites de los clientes:
Complacer a las personas es parte del día a día de Cifuentes, sobre todo cuando tienen que preparar los productos más solicitados como El Goloso, un delicioso brownie con hojaldre, que aunque muchos le decían que era muy exagerado y que no les iba a gustar a las personas por tener tantas cosas encima, es uno de los más pedidos.

También está El Tóxico, que es brownie de cacao amargo, chocolate chunk cookie, nutella y m&m, piden mucho el croissant de jamón serrano y cream cheese, guayaba, de queso de cabra con guayaba y el pan coreano con tres quesos.

Un producto de temporada muy esperado es el famoso Pan de Muerto, que aunque es un postre mexicano, ha tenido una gran demanda en el restaurante.

Todo comenzó cuando en 2018 participó en masterclass de diez días en México, donde por cierto, se codeó con uno de los mejores chef en cuanto a croissant de Francia se refiere, y ese fue Johan Martin. Pues entonces quedó cautivado con la preparación de este pan tradicional mexicano por el Día de los Muertos, que preparó una chef de ese país.

Con la boca hecha agua dice: “Sobre todo lo delicioso de un buen pan dulce, en fin es un pan dulce que dura dos días para elaborarse, es suave como una nube con pequeños toques de naranja y canela. Para mí el mejor pan dulce del mundo”.

A la hora de crear algún postre, Raúl no tiene límites y además rompe con lo tradicional, como nos explica que muchas de sus recetas son locuras de él y que solo él comería.

“Hago fusiones de la cosas que veo en las redes y le cambio algunas, le doy mi toque, al final lo que quiero es que la gente no tenga que viajar o decir esto no lo hacen aquí, porque en el país podemos hacer lo mismo que hacen en Francia o en Estados Unidos, !aquí tenemos todo!” afirma con seguridad.

Reinventarse, salir de la comodidad y crear nuevas recetas es lo que mantiene los “hornos encendidos” en la vida de este joven padre, cuyo corazón tiene dueñas: su madre Lourdes, su pequeña María Fernanda y su pareja Leonela. Su padre, aunque falleció, también es una pieza clave en su vida.

Satisfecho dice en El Fantástico Forneau cuenta con un buen equipo muchachos jóvenes, la mayoría fueron sus estudiantes de bajos recursos y para él “son los más duros del país; te pueden elaborar cualquier cosa y codearse con cualquier pastelero o panadero del mundo. !De azua o San Juan para el mundo!” exclama orgulloso.

Saliéndonos un poco de los hornos y dulces, Raúl Cifuentes no solo es conocido por los divertidos y a veces inexplicables memes, sino también por ayudar a Carlitos, un niño que todos los días sale a la calle a vender conconetes.

Resulta que “Carlitos siempre iba al Forneau a vender conconetes, un día lo veo parado en la vitrina mirando un croissant; le dije que le daba uno si me daba un conconente, me dijo que sí de una vez, subí una historia para que le compraran, al final todos lo conocían.

Luego Roberto me llamó, fue a mi cocina aprendió algunas cosas, recaudamos dinero le compramos una bicicleta, un celular, la gente de Jompéame le cambió la casa, le di todo el dinero que recaudé a su madre, hasta el Despacho de la Primera Dama aportó y logramos mucho.

Él es como un medio hijo…”
Sin dudas que a este chef pastelero se le da muy bien estar en el mundo del arte culinario, y este tiempo de pandemia le ha servido para aprender e inventar muchas cosas. “Sobre todo cosas que puedan elaborar o terminar en la casa, de verdad hasta tengo canas, esto fue el nivel difícil del juego y todavía seguimos luchando para poder sobrevivir”..

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