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“Oye Píndaro –increpa Lupito- ¿No vas a decirme ahora, cómo es que nuestro “manager” en la embajada del país en México se las arregla para hacer, con su equipo, una labor excepcional en sus funciones… con una representación cuyas instalaciones físicas han estado a punto de cerrar?”.
Este no se hace rogar ni esperar y, como quien no quiere la cosa, narra con orgullo cómo es posible que nuestra representación diplomática en ese país logre sus objetivos con cada vez mejor imagen…
“Es una simple estrategia de pensar, planificar en equipo, confiar en su equipo y, al mismo tiempo, ejecutar y esperar que, a cambio de una esfuerzo titánico, sólo se vea nuestra imagen… la de un país democrático que tiene gente que lucha cada día por relacionarse… y, esperar que el vehículo cultural pueda impulsar lo comercial, para algún día esta pueda ser realmente significativa en los resultados de nuestra balanza.”
“Por ejemplo, se está intentando ampliar las inversiones de ciudadanos mejicanos aquí. Esto, se hace posible gracias a presentaciones ante el Club de Empresarios de México, por medio de conferencias y videos sobre las innúmeras oportunidades para invertir en nuestro país. El intento va más allá de lo simplemente formal. La embajada amplió su radio de acción desde empresarios del Estado de Querétaro, hasta Mérida, en el Estado de Yucatán, haciendo uso de las instalaciones de la universidad estatal”.
“Los resultados están dando sus frutos. Se ha sembrado y, como todo en los principios de agricultura, hay que crear confianza en el equipo para que podamos recoger la cosecha en el campo en que hemos abonado y plantado. Este equipo humano de nuestra embajada está fomentando integración, humanidad, productividad, armonía y eficiencia. Así lo he dejado sentir entre los miembros del Consejo Empresarial Mexicano para el Comercio y la Inversión, COMCE –equivalente a lo que es aquí en CONEP-, y en el seno del Consejo para la Industria de Transformación, CANACINTRA”.
Mientras Píndaro conversa y capta estas ideas que hoy les transmite a ustedes, no sale de su asombro al ver al embajador Pérez Memén -inteligente manager de este equipo de grandes ligas- clavar su mirada a un horizonte muy definido para él, pero no así con un camino que le sea nada fácil… En sus palabras, hay un dejo de nostalgia que –imaginamos- tiene su origen en no estar recibiendo las herramientas concretas para que el desempeño de la labor de equipo en su representación diplómatica permita llegar al puerto seguro del éxito…. No se deja amilanar… se da ánimo… y, como si celebrara cada una de sus palabras, sigue fortaleciendo sus argumentos de esta labor silente…
“Con orgullo –nos cuenta Píndaro- esta tesonera labor ha recibido el apoyo más amplio posible de gestiones privadas, encaminadas por varias misiones comerciales que han establecido contacto con empresarios mexicanos que han creído en nuestro país. Federico Domínguez, Félix García, María Victoria Menicucci, Fausto Puig, Lina García y Sandy Filpo han sido los impulsores de estos esfuerzos y, como tal, han logrado que ya pueda ser una realidad realidades concretas en las industrias de las telecomunicaciones, la banca y el medioambiente. Y, como si todo esto fuera poco, los esfuerzos para la implementación de una procesadora de aceite de aguacate, el cultivo de tabaco rubio y el cultivo de plantas para procesar y producir energía renovable, están siendo encaminados por empresarios mexicanos”.
“Píndaroooooo… –grita Lupito- ¿Qué está pasando, que le pueda preocupar tanto a nuestra legación diplomática en México?”
“Esa gestión –responde Píndaro- tiene sus raíces en una profunda preocupación de nuestro embajador en que podamos mejorar, a través del trabajo de todo su equipo, la balanza comercial que hoy incide negativamente en la economía del país: Alrededor de unos mil millones de dólares son compromisos en petróleo para con ellos, mientras que sólo hemos logrado venderles entre ciento noventa y doscientos millones a ellos…. Resultado: ¡Un enorme desequilibrio! Esperemos unas dos semanas.. y, vamos a ponerle nombres y apellidos a esta labor silente…”