POR INMACULADA TAPIA
EFE/REPORTAJES
A punto de cumplir 59 años, y más de dos décadas después de haber interpretado “Acorralado”, la primera película de la serie del popular Rambo, Stallone está dispuesto a meterse de nuevo en la piel del ex combatiente de Vietnam. Su buena forma física es la envidia de muchos hombres de su edad.

La compañía Nu Image/Millennium Miramax/Dimension Films ha adquirido los derechos para continuar la popular saga “Rambo”, cuyo cuarto capítulo comenzará a rodarse en enero del próximo año en Bulgaria. El protagonista original, Sylvester Stallone, volverá a ser el ex combatiente de Vietnam capaz de vencer a un ejército en solitario, esta vez con algunos años de más, aunque eso no signifique que su buena forma haya mermado por su condición de actor más que maduro.

El protagonista y guionista de “Cobra”, cumple el próximo 6 de julio 59 años, y no ha dudado ni por un instante en ofrecer una vuelta de tuerca más a la popular saga que tanto éxito le reportó en su momento.

La historia en la que se fundamenta el regreso de John Rambo a la acción, en “Rambo IV”, tiene que ver con el hecho de que la vida de su hija corre peligro. Después de quince años en los que ha estado gozando de una paz relativa, pues ha seguido trabajando en la Armada, la vida de su hija está amenazada y vuelve a la acción.

El guión ha ido sufriendo diferentes modificaciones, ya que el original, que estaba previsto que se rodara mucho antes, incluía algunas tramas que se han visto ya reflejadas en títulos como “La intérprete” o “XXX: State of the Union”.

Se da la circunstancia de que hace escasas semanas, el director de la primera parte de la saga “Acorralado”, George P. Cosmatos, falleció en la ciudad canadiense de Victoria. 

Durante el Festival de Berlín de 2004, donde el actor recibió un homenaje de la revista de cine Hoerzu por el éxito de audiencia de sus películas cuando se emiten por televisión, Stallone reconoció que a pesar de lo agradecido que estaba a sus personajes, no le gustaba nada que por la calle le siguieran gritando “Rocky” o “Rambo”. “Estoy un poco harto” confesó.

El protagonista de “Alto o mi madre dispara” quiso dirigir su carrera lejos de los personajes violentos, pero aunque la crítica alabó, no sin sorpresa, su capacidad interpretativa, lo cierto es que el público no supo apreciar ese cambio de registro. “Es duro salir de eso”, ha dicho en atención a los personajes violentos a los que ha dado vida.

Nunca se ha planteado entrar en política, tal y como hizo el actual gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, aunque sus personajes están muy presentes en los discursos de algunos políticos, una circunstancia que no le agrada. “La política es muy seria para que se ponga cualquiera al frente del destino de los ciudadanos. ¿Me imaginan de presidente?”.

MÁS QUE UN ACTOR

A Stallone le basta con sus objetivos profesionales, que no son pocos. Además de protagonizar esta nueva secuela, próximamente dirigirá “Poe”, una historia sobre el escritor Edgar Allan Poe. 

En contra de los que muchos creen, Sly, como le llaman sus amigos, no tiene un cerebro concentrado en pequeñas cosas. El actor ha sido guionista de algunas de sus películas e incluso ha sido candidato al Oscar como mejor actor y guionista por “Rocky”, la película que le aupó al éxito aunque también le ha dado recientemente algún quebradero de cabeza.

Un ex boxeador estadounidense presentó una demanda contra el actor solicitando alguna compensación financiera por “Rocky” y sus secuelas, que según argumenta se inspiran en su vida.

Stallone no se ha amilanado y no descarta presentar una versión de “Rocky” en Broadway, un papel que ha declinado protagonizar, porque según confiesa no desea volver a lidiar con el personaje.

Lo cierto es que sus películas siempre han estado vinculadas a la fuerza física y al deporte. No hace mucho compartió cartel con Burt Reynolds donde ambos protagonizan “Driven”, una película sobre la fórmula 1.

Syvester Stallone, cuyo verdadero nombre  es Angelo Provolone, creció en un barrio marginal de Nueva York, en el que destacó por las veces que lograron echarle de los colegios.

Hijo de inmigrantes italianos –su padre peluquero y su madre bailarina de un teatro de Broadway– fue un niño difícil y, tal vez para compensar sus desventuras, se entregó con toda la energía que pudo al deporte: primero como hobbie y después planteándoselo como la profesión que podría llegar a desarrollar.

Con la ayuda de unos cursillos nocturnos consiguió un diploma como monitor de gimnasia, que le llevó hasta Europa. En Suiza estuvo impartiendo clases como profesor de rugby.

Sin embargo, su trabajo no le hizo olvidar que la interpretación era aún su profesión frustrada, y regresó a Miami donde comenzó sus estudios de arte dramático.

Nueva York sería su siguiente escala, pero la fortuna no le sonrió; pasó por diferentes trabajos hasta que un pequeño papel en “Bananas”, de Woody Allen, le ofreció un poco de aliento para seguir intentando triunfar, hasta que al fin consiguió su meta.

Además de practicar equitación de manera regular, pinta y mantiene por todo el mundo su negocio de restaurantes “Planet Hollywood”,  donde la decoración se fundamenta en los trajes, motos u otros tipo de artilugios que se han utilizado en películas de éxito y que son auténticos fetiches para cinéfilos.