Luego de registrar dos excelentes temporadas comenzando su carrera en las Grandes Ligas con los Cachorros de Chicago, el torpedero dominicano Starlin Castro tuvo un tercer año muy bueno en el 2012.

Sin embargo, en el 2013 las cosas no fueron buenas para el quisqueyano, en su primer año de un contrato por US$53 millones que firmó previo a la campaña.

Con 23 años de edad, Castro redujo prácticamente todos sus números ofensivos, desde el promedio de bateo, pasando por el de embasarse, los hits, los triples y sus cuadrangulares. Eso sin hablar de las confrontaciones con su dirigente por no prestar mucha atención.

En el 2014, Castro tiene un reto claro: volver a su vieja forma.

Luego de batear .245, con 10 jonrones y 44 remolcadas, con una alarmante cifra de 129 ponches, el nativo de Monte Cristi tiene que concentrarse en chocar mejor la bola, reducir el total de ponches y elevar sus números al parámetro de años anteriores.

En el 2010, como novato, bateó para .300 y ese año lo siguió con una actuación de .307, antes de bajar a .282 en la campaña del 2012, previo al desplome del 2013.

Las condiciones físicas y el talento puro están ahí con Castro.

El dominicano ahora necesita concentrarse un poco más en su trabajo, como él mismo declaró durante el invierno en el país, y darle a los Cachorros de Chicago exactamente lo que ellos están buscando: el Castro de antaño.