Stephen Hawking, un «joven muy normal» que cambió nuestra visión del Universo

Stephen Hawking, un «joven muy normal» que cambió nuestra visión del Universo

Stephen Hawking es el científico más reconocible de nuestros tiempos.

Ha pasado años en busca de una teoría que describa nuestro Universo y, a pesar de su debilitante enfermedad, ha logrado popularizar la ciencia como pocos, transmitiéndole sus ideas a millones de personas.

Te invitamos a recorrer esta breve historia de su tiempo, una vida que ha fascinado a muchos durante décadas.

1942: Un joven muy normal

Hawking nació el 8 de enero de este año y creció en St Albans, una encantadora y pequeña ciudad cerca de Londres. Era el mayor de cuatro hermanos.

Su padre era un biólogo investigador y su madre una secretaria de investigación médica, por lo que no sorprende que se interesara en la ciencia.

Como estudiante le atraían la física y las matemáticas, pues pensaba que ofrecían las perspectivas más fundamentales sobre el mundo.

Pero no hubo nada que lo hiciera sobresalir ni en la escuela ni en sus primeros años en la Universidad de Oxford.

1965: Se casa con Jane Wilde

Hawking obtuvo un grado en Física de la Universidad de Oxford y empezó un doctorado en la Universidad de Cambridge.

Su universo privado se expandió cuando le propuso matrimonio a su futura esposa.

Jane Wilde también era de St Albans y estaba estudiando Lenguas Modernas.

Había conocido a Hawking en una fiesta de Año Nuevo, antes de que se le diagnosticara esclerosis lateral amiotrófica (ELA), un tipo de enfermedad motoneuronal.

La pareja decidió casarse pronto pues no sabían cuánto tiempo le quedaba de vida.

Su salud se fue deteriorando, por lo que empezó a caminar con un bastón.

Wilde era dos años más joven que él y tuvo que pedir un permiso especial de su universidad pues estaba permitido que los estudiantes se casaran.

1966: Una nueva forma de pensar el mundo

La enfermedad le dio a Hawking una visión única del mundo.

Superó los límites de su discapacidad entrenando su mente para que funcionara de otra manera.

A medida que perdía el uso de sus extremidades, desarrolló una forma de visualizar problemas en su mente para encontrar soluciones sin necesidad de escribir ecuaciones.

Algunos de sus colegas opinan que gracias a esa manera de pensar ha hecho sus más grandes descubrimientos.

Para entonces, Hawking estaba trabajando en una de las ideas más bizarras de la ciencia: los agujeros negros.

Había sido una predicción extrema de la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, que decía que se creaban cuando estrellas enormes colapsaban hasta tener tamaño cero y densidad infinita, algo conocido como la «singularidad».

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