Berlín. La actriz estadounidense Meryl Streep asumió hoy su función como presidenta del jurado de la 66 edición de la Berlinale como un “placer y un honor”, a la vez que como defensora del cine comprometido. “Es un lujo, es un placer y un honor haber sido elegida para este trabajo”, afirmó Streep, claramente el atractivo mediático número uno de ese jurado, del que asimismo forma parte su colega británico Clive Owen; “Yo tendré dos votos, mis compañeros tienen uno”, bromeó.
La Berlinale es un festival con vocación de presentar cine comprometido políticamente, como lo es la misma Streep, quien cumplió con esa definición al reiterar la importancia de la palabra “inclusión” a la hora de apostar, también desde el cine, por la defensa de los derechos humanos “en todos sus aspectos».
Streep acaparó prácticamente todos los flashes de la primera conferencia de prensa de la Berlinale, no solo por su función de presidenta del jurado, sino por personalidad y talla artística. A su jurado le corresponderá la tarea de buscar a su Oso de Oro entre las 18 películas a concurso, que se presentarán a lo largo de los próximos diez días y hasta la entrega de los premios del festival, el sábado día 20. Junto a ella y Owen completan el jurado el actor alemán Lars Eidinger, su colega italiana Alba Rohrwacher, la directora polaca Malgorzata Szumowska, el crítico británico Nick James y la fotógrafa francesa Brigitte Lacombe.
La jornada inaugural es de pura exhibición, puesto que la Berlinale se abre con el filme fuera de concurso “Hail, Caesar”, una comedia de humor negro en el Hollywood de los 50, dirigida por los hermanos Joel y Ethan Coen e interpretado por George Clooney, Josh Brolin y Chaning Tatum. Miembros del jurado y del equipo de la superproducción compartirán la primera alfombra roja del festival, a la que seguirá a partir de mañana el desfile a competición, que abrirá la tunecina “Inhebbek Hedi”, sobre la sociedad magrebí en transformación.