Quitarse la ropa al ritmo de la música ya no es tarea exclusiva de las stripper. La apertura de centros en los que se ofrecen clases de striptease para mujeres sin ambición profesional en el sector es creciente y entusiasta. No en vano, dos disciplinas paralelas han surgido ha raíz de este boom deportivo: el cardio striptease y la pole dance.
Jennifer Aniston, Pamela Anderson, Carmen Electra y Jennifer Love Hewitt, entre otras famosas, se mantienen en forma merced al cardio striptease, una nueva e inédita modalidad deportiva ideada por un profesor de baile, el norteamericano Jeffrey Costa. El cardio striptease consigue que la gente se sienta feliz con su cuerpo, al mismo tiempo que aprende que puede ser totalmente sexual y espiritual a la vez, afirma Costa sobre las características de esta nueva práctica.
Cuna en los Angeles
Sus clases se demandan en Miami, Nueva York y Los Ángeles, cuna de este exitoso método. Costa anima a ejercitar cardio striptease resumiendo sus cualidades. Es un electrizante trabajo cardiovascular que fusiona la danza deportiva con el erótico arte del striptease. Sin que importe tu constitución, talla o nivel atlético, sacaré un stripper de tí, asevera.
Como principales beneficios para la salud, el cardio striptease quema calorías y eleva la condición cardiovascular. También tonifica piernas, glúteos y brazos, aumenta la flexibilidad y la agilidad, sin olvidar la sensación de desinhibición y diversión que proporcionan las clases, al jugar la música y coreografías un papel esencial.
Una clase de cardio striptease comienza con un calentamiento de diez minutos con movimientos básicos, aislamientos y técnicas de estiramientos estáticos. Después del calentamiento, los alumnos aprenden contoneos propios del striptease en una atmósfera muy sensual. Se pueden llegar a perder entre 300 y 500 calorías por entrenamiento.
Pole Dance
La pole dance es una variante del cardio striptease que incluye un elemento fundamental: la barra de acero para contonearse y realizar el baile erótico. Todo un fenómeno social en Inglaterra, y de creciente expansión, este nuevo deporte combina la danza sensual con el ejercicio físico, lo que le ha hecho ganarse adeptas tan conocidas como Demi Moore, Natalie Portman y Kate Moss.
Las clases de pole dance son reducidas y presentan un escenario simple y práctico: la típica barra de club de strippers y un espejo donde observar cada movimiento. A partir de ahí, el profesor y las alumnas ejercitarán músculos, aprenderán a moverse de forma sensual, reforzarán su sentido del ritmo y finalmente, se convertirán en unas buenas strippers, aunque sólo sea de puertas para adentro.
Aumento de la autoestima y fortalecimiento de piernas, brazos, glúteos y abdominales son las principales ventajas de este método. No en vano, entrevistas realizadas a alumnas de pole-dance han llevado a la conclusión de que esta práctica ha reforzado la confianza en sí mismas e, incluso, mejorado su vida sexual.
Desnudo opcional
Los límites los pone la propia alumna. Tanto en la vestimenta como en las coreografías se pretende desinhibir a los aprendices, no hacerles sufrir. Así, la academia londinense The basement dance studio anima a las dubitativas a seguir un curso de pole dance con la siguiente aclaración. Como el curso es para principiantes no se te requerirá bailar hasta desnudarte, aunque te daremos todas las herramientas para hacerlo si lo decides más adelante.
La ropa adecuada para ambas modalidades de striptease es similar: nada de mayas típicas de aeróbic. Este ejercicio requiere prendas ajustadas y sexys, que jueguen con la fantasía y tengan un corte adecuado para hacer ejercicio y permitir el progresivo desabroche de las piezas. Se pueden adquirir por internet en páginas especializadas, o bien en las academias o centros en los que se imparte esta curiosa disciplina. Por supuesto, también puede ahorrarse esta compra haciendo uso de la imaginación. Tops sugerentes, mini-shorts, falditas tableadas y taconazos de aguja son adecuados para una fase introductoria.