Tras ser firmado como agente libre en la República Dominicana a los 16 años de edad, Pedro Martínez tuvo un rápido ascenso por los diferentes circuitos minoritarios.

Y una de las cosas que más le ayudó fue su gran determinación por triunfar.

“Pedro parecía que tenía una meta trazada cuando subía al montículo”, recuerda Eleodoro Arias, el hombre que moldeó el pitcheo del tres veces ganador del premio Cy Young en sus primeros años en el béisbol profesional.

Tras dos años en Campo Las Palmas, fue enviado a los Estados Unidos para su primera experiencia como profesional fuera de su país. En su primer año, en 1990, causó un gran impacto con la sucursal de Great Falls, donde puso una foja de 8-3 y 3.62 de efectividad en la Rookie League.

Para 1991, sin embargo, su ascenso fue meteórico. Comenzó en clase A avanzada y terminó el año en AAA, impresionando a un nivel espectacular.

En sentido general, Martínez puso un récord de 18-8 y 2.28 de efectividad entre las tres ligas que jugó, siendo su mejor actuación la de clase A avanzada, donde puso foja de 8-0 y 2.05 de efectividad, mientras jugaba con compañeros en edades promedio cuatro años mayores que él.

“Sabíamos que él podía sacar resultados por su gran dedicación, inteligencia y gallardía”, indicó.

El resto ya es historia. Su récord general en las menores fue de 35-20 y 3.16 de efectividad, en el inicio de una carrera de inmortal.

“La parte mental de Pedro siempre le daba ventaja”, agregó.