Por OMAR MARRERO
De AP
PEORIA, Arizona (AP).- Cumplidos los 36 años, el lanzador dominicano Miguel Batista parece haber encontrado a qué dedicarse cuando se retire, aunque el oficio por ahora no pasa de pasatiempo.

De la misma manera en que el puertorriqueño Bernie Williams demostró que puede dedicarse a la música cuando decida retirarse, Batista ha hecho lo propio con la literatura. Williams ya grabó un disco; Batista lleva publicado dos novelas.

«No digo que estoy en la búsqueda de otra carrera porque con esta me basta, pero (la literatura) ha sido un puente que he podido construir para llegar a una fanaticada diferente que quizás no sea la fanaticada típica del béisbol’’, expresó Batista a la AP.

«Ese puente me ha llevado a que la gente me vea por lo menos como un ciudadano, más que un jugador’’, agregó en el camerino de los Marineros de Seattle, su nuevo equipo, en los campos de entrenamiento.

Naturalmente, su mayor atención está en el béisbol desde que empieza el entrenamiento primaveral, pero admite que aunque sea en sus ratos libres no puede dejar de escribir.

«El escribir es como la maldición de estar vivo, uno no lo deja de hacer. Quizás uno deje de publicar, pero no de escribir. Quizás es algo que no compagina mucho con mi trabajo, pero soy quien soy, como dicen muchas personas, y ese es el hombre detrás del uniforme que muchos no llegan a conocer’’, manifestó.

El éxito tiene mucho que ver con la dedicación que la persona ponga en lo que hace. Como lanzador ha logrado establecerse en las Grandes Ligas. El pasado diciembre firmó contrato de tres años con los Marineros y a su edad es difícil que un jugador obtenga un contrato multianual. Para su suerte, también ha empezado a tener éxito en su otra pasión.

«Gracias a Dios me comunicaron que fui el dominicano que más libros vendió el año pasado en República Dominicana’’, resaltó Batista.

En 2006, su novela «Ante los ojos de la ley’’ fue publicada en República Dominicana y Puerto Rico y meses después en Estados Unidos, en su edición en inglés titulada «The Avenger of Blood’’.

«El problema es que mi trabajo no me deja mucho tiempo para hacer otra cosa, pero ya empecé a hacer los estudios para mi próxima novela. Todo aquel que leyó mi novela se habrá podido dar cuenta por qué me tardé cinco años en escribirla. Y es que cuando a uno le toca escribir sobre algo que no es su trabajo las investigaciones son inmensas, porque es una materia que no es a la que te dedicas’’, indicó.