– El Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, ha dado seguridades de que los mas de 300 millones de dólares que ha recibido el gobierno dominicano de la minera Barrick Gold son invertidos en educación, salud, las pequeñas y medianas empresas y la agropecuaria, explicando que una buena parte de esos recursos han sido utilizados también para construir cien centros de diagnósticos en casi todo el país, la remodelación de los hospitales y todo lo que tiene que ver con la mejoría de la calidad de vida de la población. Sin embargo, no enseñó un solo papelito que sirviera para respaldar sus afirmaciones ni dijo dónde puede ir a buscar esa información cualquier ciudadano interesado, con todo derecho, en conocer el destino final de esos recursos. Desde aquí no se duda de la honradez del funcionario, ni de la veracidad de sus declaraciones, pero cuando se habla de transparencia, de rendir cuentas del uso que se da al dinero público, su palabra no es suficiente. Insisto, reitero, recalco; no estoy insinuando, ni sugiriendo, y mucho menos afirmando que se ha hecho un mal uso de esos recursos, sino recordando que el Gobierno debe informar en qué los gastó, y sobre todo, a demostrarlo de manera convincente. Ningún ciudadano está obligado, independientemente de sus simpatías partidarias, a creer en la buena fe de los que administran fondos públicos, mucho menos cuando la experiencia nos ha enseñado que todos son serios y honrados hasta que, una vez salen del Gobierno (y a veces muchísimo antes, como ocurre con tantos funcionarios de las administraciones peledeístas), la riqueza que exhiben nos demuestra lo contrario.