Subastan en París los «candados del amor» en beneficio de los refugiados

Subastan en París los «candados del amor» en beneficio de los refugiados

El ayuntamiento de París sacó a subasta este sábado «los candados del amor» que parisinos y turistas engancharon durante años en las barandillas de los puentes parisinos, y que fueron retirados en 2014, en una venta cuyos beneficio están destinados a los refugiados.

«Hay muchos, muchos estadounidenses. Son grandes enamorados de París, pero también hay italianos, brasileños, asiáticos de Taiwán, Corea, China, Japón», explicó el encargado de la subasta, Olivier Collin du Bocage, que dirigió la venta de 165 lotes de candados.

La subasta tuvo lugar en el Crédit Municipal de París, aunque también fue seguida por internet a través de la página Interenchères y por teléfono, por «400 inscritos», según había explicado el organizador antes del acto.

Los beneficios de la venta de los 150 conjuntos de candados y de trozos de la antigua verja del puente de las Artes de París, donde se enganchaban tradicionalmente los candados, irán destinados a tres asociaciones que trabajan en la acogida y el acompañamiento de refugiados en París: Solipam, el Ejército de Salvación y Emmaüs Solidarité.

Algunos lotes llegaron a alcanzar los 1.000 y 2.400 euros.

Gaëlle Salaün, parisina, compró un lote por 520 euros «porque tenía (escrito) un nombre en español». «Eso me ha gustado. Y es también mi participación en la acción por los refugiados».

«Es formidable, hay mucha humanidad», dijo congratulado Bruno Morel, director de Emmaüs Solidarité. La asociación dedicará su parte a construir áreas recreativas para niños en el centro de acogida que gestiona en Ivry-sur-Seine, al sureste de París.

El acto se vio empañado, no obstante, por la protesta de una decena militantes de ultraderecha que penetraron brevemente en la sala durante la venta, para denunciar que la recaudación se destine a los refugiados. Fueron evacuados sin que se produjeran incidentes.

Cientos de miles de candados fueron enganchados a las verjas de los puentes de París, provocando problemas de seguridad y degradando el patrimonio, antes de ser retirados.

La alcaldía de París decidió vender una parte de estos, para esta ocasión, única.