Subastas de los huevos de Fabergé

Subastas de los huevos de Fabergé

Entre los huevos que salían a subasta en Sotherby’s se encontraba el “Huevo de la coronación”, encargado por Nicolás II en la primera Pascua tras su subida al trono en 1897, a los 28 años, que estaba valorado entre 14,2 y 19 millones de euros. También figuraba el huevo “Los lirios del valle”, entregado por el zar a su esposa Alejandra en 1889 y con un precio estimado entre 9,5 y 14,2 millones de euros. “La colección de huevos Fabergé representa quizás el ejemplo más significativo de nuestra herencia cultural fuera de Rusia”, ha manifestado Verselberg.

Pero éstas no han sido las únicas piezas adquiridas por el multimillonario del aluminio y el petróleo ruso. La colección del fallecido Malcolm Forbes, editor y dueño de la revista Forbes, estaba valorada en al menos 71,5 millones de euros, y se componía de 180 piezas talladas por Fabergé.

La colección pasó a manos de Verselberg tras una transacción privada con la galería de subastas Sotherby’s, dos meses antes de que salieran en pública subasta. El multimillonario es considerado el poseedor de la cuarta fortuna de Rusia. Es presidente de las compañías Siberian Urals Aluminum y Tyumen Oil Company (TNK), y se ha comprometido a ceder todas las piezas adquiridas al Estado ruso, que estudia el lugar más adecuado donde ubicarla.

El industrial, de 46 años, subrayó en unas declaraciones el vínculo entre el contenido religioso, espiritual y emocional de los huevos y el alma del pueblo ruso, y explicó que, al saber que iban a subastarse, vio que “era una oportunidad única en la vida para devolver a Rusia uno de sus tesoros”.

El último huevo

La revolución bolchevique impidió al creador de los célebres huevos Fabergé terminar el último encargo del zar. Se trata del huevo “Constelación Zarevich”, encargado a comienzos de 1917 por el zar Nicolás II para su hijo, el príncipe heredero, según la directora del Museo del Kremlin, Elena Gagárina.

Se trata de un huevo de oro cubierto con una semiesfera de cristal azul de los Urales incrustada con diamantes, que representa la bóveda celeste con la constelación de Leo, bajo la cual nació el zarevich Alexis. Este huevo, que junto a otras joyas de la Casa Fabergé de San Petersburgo fue confiscado por los bolcheviques, durante décadas permaneció como una pieza más, oculta en el Gosfond, fondo estatal de obras de arte y objetos de valor. Al huevo le falta el mecanismo y algún detalle que han dejado la obra del artista incompleta.

Pero la Casa Fabergé no sólo confeccionaba huevos para los zares. Su delicadeza a la hora de manejar los metales preciosos le sirvió para convertir los objetos cotidianos en joyas de gran valor realizadas especialmente para La Casa Imperial. Los joyeros convirtieron presillas, botones, estilográficas, lápices, alfileres de sombrero, saleros, portaplumas, barómetros, abrecartas, relojes y otros objetos en obras de arte de orfebrería.

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