Punta Cana. El subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Miguel Savastano, recomendó que República Dominicana y otros países de la región de Centroamérica deben incentivar la inversión doméstica para no estar atado a la demanda externa de bienes y servicios.
Dijo que en vista de la lenta recuperación de la crisis en Estados Unidos y la agudización de la crisis económica en Europa, los países deben adaptar políticas para prevenir la baja en la demanda de bienes.
Savastano ofreció estas declaraciones durante una conferencia de prensa, previo a la clausura de la XI Reunión Regional de Centroamérica, Panamá y República Dominicana, en la que participó el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, y otros ejecutivos del FMI.
Destacó que la economía mundial tuvo un rápido crecimiento hasta el 2007, que trajo muchos beneficios a las economías de la región de Centroamérica y al país, entre los que citó el aumento de la demanda de productos, pero que ese crecimiento se ha desacelerado, lo que requiere no depender o estar atado a la demanda externa.
Pronosticó que los precios de las materias primas, especialmente del petróleo, seguirán subiendo, lo que presionará la balanza de pagos de los países de la región, por lo que, dijo, hay que tomar medidas para rebalancear.
Dijo que se espera que los precios del barril del petróleo se mantengan entre los US$80 y US$100.
Posición. Los participantes convinieron en que, con el fin de reforzar el grado de preparación de la región para hacer frente a futuros shocks, es necesario aplicar medidas adicionales para recomponer los márgenes de política macroeconómica y financiera empleados durante la crisis, sin descuidar la protección a los sectores de menor ingreso, para lo cual solicitaron la colaboración del FMI.
También destacaron la importancia de fomentar un crecimiento sostenible para reducir la pobreza y atender las demandas sociales.
Los participantes dijeron que el fortalecimiento de las defensas macroeconómicas exige la adopción de medidas en varios frentes.
Expresaron que mayores niveles de reservas internacionales, apoyadas por políticas cambiarias más flexibles en las economías no dolarizadas, ayudarán a reducir las necesidades de financiamiento en caso de shocks externos adversos.
Por otro lado, si bien las reservas de liquidez y la capitalización bancarias son adecuadas, se considera conveniente realizar esfuerzos adicionales para mejorar la solvencia de los bancos y modernizar la supervisión a fin de protegerse mejor de potenciales riesgos de crédito.
En el plano fiscal, es preciso redoblar los esfuerzos para fortalecer los balances fiscales y mejorar la estructura de deuda pública, mediante estrategias que aumenten los ingresos tributarios, contengan el gasto corriente y mejoren la composición del gasto público, protegiendo los programas de apoyo a los más pobres.
Dadas las perspectivas débiles para la demanda de exportaciones de la región, el crecimiento deberá provenir de fuentes internas, derivadas de reformas estructurales.