BESLAN, Rusia (AFP).- Al menos 330 muertos, de ellos 156 niños, y más de 700 heridos es el último balance de la sangrienta toma de rehenes en la escuela de Beslan, mientras este sábado el presidente ruso, Vladimir Putin, que decretó dos días de luto nacional por la tragedia, declaró que habían «demostrado debilidad, y los débiles pierden».

    El balance de las autoridades rusas, que es provisional, no incluye en las cifras a 26 miembros del comando armado pro checheno que tomó la escuela el miércoles pasado, que resultaron muertos, según informaciones oficiales.

    Putin estimó este sábado en un discurso televisado que Rusia había «mostrado debilidad» frente al peligro terrorista, que en ningún caso había que «ceder al chantaje» y prometió medidas para reforzar la seguridad y la unidad del país.

   «Nosotros no hemos comprendido la complejidad y el peligro de los procesos que se desarrollan en nuestro país y en el mundo entero», declaró Putin.

   «No hemos sabido reaccionar de manera apropiada. Hemos demostrado debilidad, y los débiles pierden», aseguró el presidente.

   «No hay que ceder al chantaje», agregó, en un discurso en la televisión dedicado al trágico desenlace del secuestro.

   «Debemos crear un sistema mucho más eficaz de seguridad, que exige que nuestras fuerzas del orden actúen conforme a la altura de los desafíos. Nosotros no le hemos dado la atención debida a los asuntos de defensa y de seguridad», aseveró el presidente Putin.

   El desenlace sangriento de la toma de rehenes tuvo lugar el viernes, cuando el comando armado que reclamaba la independencia de la vecina Chechenia, se enfrentó en circunstancias poco claras con las fuerzas especiales rusas, mientras escapaban como podían los niños, mujeres y hombres que se encontraban desde hacía tres días en el interior de la escuela.

   Tanto el gobierno como los altos mandos de las fuerzas especiales rusas han explicado que no prepararon con antelación el asalto del viernes y que actuaron de acuerdo a la evolución de la situación.

   Con mucha prudencia, los socorristas seguían sacando cuerpos quemados o mutilados en bolsas. Los expertos aseguran que en el lugar hay aún numerosos explosivos colocados por el comando.

   Según la versión de los responsables rusos, las fuerzas especiales se vieron obligadas a lanzar la intervención cuando se escucharon varias explosiones dentro de la escuela y un primer grupo de rehenes logró escapar del edificio en medio de disparos.

   El comando hizo explotar cargas instaladas en la escuela provocando el derrumbe parcial del techo y la muerte de numerosas personas, declaró un responsable.

   Los combates duraron cerca de seis horas, y un general ruso reconoció que hasta se habían utilizado tanques. Las fuerzas rusas sufrieron diez bajas en sus filas, según la policía oseta.

   Esta ola de terror ha coincidido con la elección presidencial organizada por el Kremlin en Chechenia, el 29 de agosto, que terminó con la victoria de un hombre cercano a Putin, Alu Aljanov, en un escrutinio cuya regularidad fue ampliamente cuestionada.

   Por otro lado, las armas y municiones fueron colocadas previamente en la escuela de Beslan (Cáucaso ruso), antes del inicio de la toma de rehenes, declaró el sábado el responsable del Servicio federal de seguridad (FSB) para Osetia del Norte, Valeri Andreyev, citado por la agencia Interfax.

   «Hemos descubierto en la escuela una gran cantidad de explosivos y de minas, lo que puede indicar que los terroristas estaban preparados de antemano», dijo.