Suben de precio los terrenos en cementerios

<p>Suben de precio los terrenos en cementerios</p>

POR LLENNIS JIMÉNEZ
Los elevados costos en que incurre una familia para sepultar los restos de uno de sus miembros hace pensar que en este país está prohibido morirse. En los cementerios se paga hasta por el agua con que se mezcla el cemento con la arena, y por la tierra que se extrae.

La inflación, la ausencia de control de precio y la falta de escrúpulos de quienes venden esos servicios, encarece todo al antojo de los intermediarios.

En el Cristo Redentor se tiene que pagar 100 pesos por un tanque de agua y para conseguir una cruz en material de “granito”, considerada medianamente buena, hay que tener de RD$1,500 en adelante. Las más corrientes cuestan RD$500.

Las tasas se empiezan a cobrar en la puerta del camposanto, donde cada carro fúnebre debe depositarle RD$192 a una empleada municipal.

Al comprar un terreno es que se sabe lo caro que resulta ubicar la “última morada”. Un metro cuadrado de tierra en la cercanía de cualquier calle del Cristo Redentor cuesta RD$8,000; en la zona media vale RD$6,000 y en el fondo, donde son llevados los más pobres, se paga RD$4,000.

Dentro de este cementerio hay panteones cotizados en más de dos millones y no es extraño encontrar espacios que oscilan entre el millón y el medio millón de pesos. Estas edificaciones tienen modernas arquitecturas, decoradas con vitrales, mármol. Disponen de  capilla, bancos y algunas tienen hasta aire acondicionado.

Carlos Méndez afirma que no tiene casa propia y cree que su débil economía nunca le permitirá gastar tanto en un “centro para depositar huesos”. Dijo que esos son lujos que no se puede dar.

Sin embargo, el valor que adquiere la tierra en los cementerios ha motivado a muchos a comprar solares para levantar panteones que luego ofertan como si se trataran de viviendas.

Aunque los albañiles se quejan de la situación económica, el trabajo que brindan constituye un monopolio, controlado por una “asociación” que no permite la utilización de mano de obra “foránea”.

Dicen que el cementerio prácticamente está sin alumbrado, ya que sólo la calle principal está iluminada, así como la manzana especial, a la izquierda de la entrada.

Las vías están deterioradas.

Los albañiles dijeron que los arbitrios que cobra el Ayuntamiento del Distrito van desde la venta del terreno, y sigue por el derecho de enterramiento, el retiro de los escombros, la limpieza y el mantenimiento.

Se paga por la seguridad, aunque se dice que los agentes no dan abasto y que en horas de la noche la seguridad apenas tiene tres hombres.

QUIEN QUIERA COMPRAR
En 180 mil pesos está valorado un panteón que se vende en el cementerio Cristo Redentor, con capacidad para cinco ataúdes, ubicado próximo a la calle principal, del lado derecho.

Abundan los panteones de RD$700,000. Los más grandes ocupan hasta 24 metros.

Los constructores han ido reajustando el precio de su servicio. Cobran desde RD$6,000 y RD$8,000 por una de estas obras. “El problema es que aquí no hay agua para trabajar”.

El negocio del agua, como si se tratara de un servicio a un sector, está a cargo de un camión que diariamente entra al Cristo Redentor.

Mientras las infraestructuras se modernizan en este cementerio, la gente de los sectores aledaños, Palma Real, Los Girasoles y Pantoja, critican los robos y la precariedad de este camposanto, el más grande del Distrito Nacional.

Aún hay tumbas anegadas en Cristo Redentor

POR LLENNIS JIMÉNEZ
El cementerio Cristo Redentor permanece con el pozo de agua que cubre decenas de tumbas en la manzana 6-0, debido a que el filtrante se tapó y las aguas lluvias quedaron estancadas.

Las tumbas y los nichos siguen debajo del agua, la tierra y escombro de los árboles secos y derribados, sin que se pueda ver las cruces que identifican a los difuntos. Otras están tapados por gigantescos arbustos.

Entre el pasado viernes y el sábado, los bomberos sacaron una parte del agua. Cortaron los árboles secos en medio de la laguna y retiraron algunos escombros, pero la zona prácticamente se ve igual.

Las labores de limpieza que iniciaron los bomberos y que redujeron alrededor de medio metro de agua, ayer estaban paralizadas.

Se supo que se estaba tratando de conseguir combustible para la operación de la bomba succionada del agua que tapa a unas cien tumbas.

Trabajadores del área explicaron que los bomberos empezaron el vienes en el lago, a eso de las 3:00 de la tarde, luego de que se presentara al cementerio el director de Servicios Públicos del Ayuntamiento del Distrito Nacional, Dámaso Piña.

El funcionario municipal conversó con el administrador del cementerio, Suny Florentino, a propósito de la información que había sido publicada en un periódico vespertino.

Al igual que el pasado viernes, no fue posible entrevistar a Florentino, a quienes albañiles consideran “un santo”, pese a que se quejan de que los males del Cristo Redentor se deben a la falta de limpieza y a la escasez de agua para trabajar.

Empleados del cementerio indicaron que el Ayuntamiento instruyó que el problema de la laguna sea resuelto con prontitud, mientras albañiles lamentan que se esperaba que la situación estallara, a raíz de que en la manzana 6-0 fueran sepultados los restos de un religioso, para lo que se debió construir un puente de madera que permitiera cruzar el pantano.

Varios albañiles declararon que un personal del Ayuntamiento los ha acusado de ser los que llevaron el caso ante los medios de comunicación, razón por la que se les está molestando y amenazando con sacar del cementerio. Expresaron que no quieren causar el descontento de los municipales, pese a que consideran que no debió permitirse que el problema llegara a lo que es ahora.

Aunque no hay residencias cercanas a la laguna, la queja de la contaminación que provoca es frecuente, sobre todo, porque el charco produce insectos y un lodo hediondo que tapa los diminutos caminos entre las tumbas y los nichos.

En los espacios más bajos, el agua cubre el primer depósito de los panteones. Un albañil de apellido García contó que hace algunos meses encontraron un cadáver flotando en el lago, por lo que estima que algunas propiedades podrían estar dañadas.

Señalaron que ahora el Ayuntamiento le está dando mantenimiento al cementerio más grande del Distrito Nacional y que tiene panteones valorados en hasta diez millones de pesos.

Diariamente en este cementerio se sepulta un promedio de cuatro y cinco muertos, la mayor cifra ha sido 15 y sus trabajadores no recuerdan un día que no haya habido un enterramiento.

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