Los fletes provenientes de China subieron de 2,900 dólares a 3,800 dólares a principios del presente año, a 5,145 dólares en marzo y ahora están en 10,900 dólares
Las tarifas que pagan los importadores por los fletes provenientes de China con destino a la República Dominicana han estado de nuevo subiendo de manera significativa, lo que aumenta los costos de las mercancías y se reflejará en los precios que pagan los consumidores.
Estamos hablando de que para traer un contenedor de 40 pies (seco) de China se llegó a pagar el año pasado 2,900 dólares (fue el bajo nivel en que habían caído después de las alzas que se produjeron a causa de la pandemia y de la guerra), pero ese mismo contenedor subió a 3,800 dólares a principios del presente año, a 5,145 dólares en marzo y ahora está en 10,900 dólares.
Igualmente un contenedor refrigerado (también de 40 pies) pasó de 5,200 dólares a 11,000 dólares en la actualidad.
No hay que ser un experto para darse cuenta de que algo está perturbando la cadena de transporte marítima y de que esa perturbación se está expresando a través de los incrementos en las tarifas de los fletes provenientes de China.
Los primeros orígenes de esa perturbación se remontan a diciembre de 2023, cuando rebeldes hutíes empezaron a atacar barcos que navegaban por el mar Rojo, lo que ocasionó una crisis en el Canal de Suez, que es uno de los puntos más importantes del comercio mundial, ya que es el que une oriente con occidente.
Esos ataques obligaron a los barcos a circunnavegar África y el efecto fue una subida de precios de bienes, Europa condenada a comprar petróleo estadounidense (más caro) y cadenas de producción interrumpidas.
Los ataques de los hutíes no han parado, lo que obliga a los barcos a rutas comerciales alternativas y más largas, que resultan más caras por el consumo de combustible y por el tiempo en el mar de la travesía. Además, está la crisis que ha generado la sequía en el canal de Panamá.
Por si fuera poco, está la crisis del Canal de Panamá, que es alimentado por el lago Gatún, cuyo nivel de agua ha estado cayendo debido a las condiciones climáticas.
Y las consecuencias han sido devastadoras: se estima que el 40% del comercio de contenedores de Estados Unidos pasa por él y hace unos meses se redujo de 36 a 24 el número de buques que podía pasar por día.
Además, cada barco puede llevar menos contenedores por restricciones en el peso. Hay una ruta alternativa que se ha estado explorando, el puerto de Punta Arenas en Chile, pero implica un viaje más largo y, de nuevo, más caro.
A eso se agregan ahora paros laborales en puertos alemanes clave para la fabricación de buques, en lo que los trabajadores exigen mejores salarios y, en Estados Unidos, los trabajadores de puertos de la costa este también amenazan con un paro laboral.
Preocupante no sólo es que el país ha comenzado a sentir algunos de esos problemas con incrementos en los costos de importación y que es poco o casi nada lo que podemos hacer, por ser un problema global cuya solución no está a nuestro alcance. Lo que más preocupa es que la crisis logística amenaza con extender su impacto más allá de los fletes provenientes de China.