Asólo horas de la tradicional Noche Buena de mañana miércoles, celebración cristiana del nacimiento de Jesús que reúne a las familias para cenar, el comercio aprovecha el aumento en la demanda de la carne de pollo para incrementar su precio.
Este lunes esa carne era ofertada a 45 y 48 pesos la libra en distintos sectores capitalinos.
Las polleras y carnicerías de Los Guarícanos, Villafaro, en la zona oriental y otros puntos, han aumentado el precio de ese producto, con argumentos poco convincentes.
Es que todo aparenta que el alza en ese producto de consumo masivo obedece a las acostumbradas especulaciones de las ventas navideñas.
Durante un recorrido por puestos barriales y por los mercados de la avenida Duarte y la calle 41 de Cristo Rey, reporteros de Hoy detectaron una diferencia abismal en los precios de los unos y los otros.
Los dueños de polleras que dispusieron aumento, explicaron que desde el pasado viernes han tenido que pagar más dinero por todos los servicios que utilizan para las ventas diarias. Explicaron que se les aumentó el monto que pagan en transporte y a quienes les ayudan a cargar los pollos desde las granjas.
Consumidores consultadas respondieron que les sorprendió cuando acudieron ayer a comprar carne de pollo a los establecimientos, cuando se les les informó que tenían que pagar un precio mayor por la libra de esta carne blanca.
Mercados
Sin embargo, en los mercados, picadores de pollo aseguraron que siguen vendiendo la libra de pollo a 42 y 43 pesos, debido a que en granjas tienen que pagarlo a 26 y 27 pesos la unidad.
Especulación
El alza que ha experimentado la carne de pollo en algunos establecimientos de la capital, obedece a especulación de los detallistas, según José López, presidente de la Asociación de Criadores de Pollos del Norte (Asopollón), debido a que su organización, al igual que Pollo Cibao, siguen vendiendo las aves vivas en granja a 26 pesos la unidad para que al consumidor final le llegue a no más de 41 pesos la libra. López argumentó que Asopollon se limita solo a venderles a los detallistas, por lo que no pueden disponer ningún control en el precio de sus ventas.