( 1 de 2)

El expresidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) Jorge Subero Isa afirmó que ni en el actual Gobierno ni en los anteriores ha existido una política estatal en contra de la corrupción administrativa, a pesar de tener los mecanismos de control para combatirla.
Dijo que aunque en el país se habla mucho del tema, imperan niveles y redes de complicidades que involucran a muchos sectores de la sociedad y, por ello, entiende que a muy pocas personas le interesa seriamente y con honestidad que se combata el tema de la corrupción.

“Eso da lugar a que solamente la lucha contra la corrupción sea recurrente normalmente cuando hay un cambio de gobierno. Si usted analiza los casos de corrupción en los últimos 20 años usted verá que solamente se dan contra los exfuncionarios, o sea parece que este es un país de ex… Aquí hay más ‘ex’ con X que ‘es’ con S”, afirmó el jurista.

Recordó que el país es signatario de todos los tratados que puedan existir en materia de corrupción, además de que se cuenta con las normativas y los instrumentos legales para dar el frente al criticado flagelo.

Además señaló que es muy fácil determinar un funcionario que es corrupto o no, porque basta con iniciar por ver dónde vive y cómo vive.

“Yo me asombro cuando me dicen de funcionarios que viven en apartamentos de tres y cuatro millones de dólares… yo no voy a hablar lo manido de que no hay voluntad política, no. No hay una política estatal de lucha contra la corrupción administrativa”, recalcó el jurista en una entrevista concedida a HOY.
Procurador es dependiente. Al panorama descrito, Subero Isa agregó el tema de la posición de Procurador General de la República, del que dijo que por más independiente que sea, será dependiente.
“¿Por qué es dependiente? Porque basta pura y simplemente una firma del Presidente de la República que lo destituya, entonces el que viene dirá, bueno me va a pasar lo mismo”, expresó tras señalar que con las estructuras con que se cuentan no será posible el combate a la corrupción.
Recordó que en una ocasión propuso que era necesaria la creación de un Fiscal General Anticorrupción, que no fuera dependiente del Presidente de la República. “¿Usted sabe de quién recibí yo el apoyo? absolutamente de nadie”, señaló atribuyendo el hecho a los niveles de complicidades que existen con el tema de la corrupción, que calificó como una de las debilidades del país.
Influye en criminalidad. Subero Isa dijo que la situación influye de manera directa en los temas delictivos y la criminalidad misma, por la ausencia de un sistema de consecuencias.
Explicó que el hecho de no haber un accionar disuasivo hace pensar a quien penetra a una casa y se roba un televisor o una licuadora que no le va a pasar nada, porque a uno de más arriba tampoco le pasó.
“La corrupción administrativa es el peor ejemplo, porque duele a todos los que pagamos impuestos y a los que no pagan también porque entienden que no hay ninguna razón de que mientras ellos están trabajando haya otra persona en la administración pública que pueda enriquecerse”, señaló Subero Isa.
Haciendo una comparación, Subero Isa dijo que 14 años de experiencia en la SCJ le muestran que la administración del Poder Judicial es lo mismo que la del Estado en el sentido de que si los mecanismos de control como la Cámara de Cuentas, la Contraloría General de la República o el Senado funcionaran no hubiera corrupción administrativa.

“A mi salida  (SCJ) hubo una especie de dejadez en controles internos  ”

Al abordar el tema de la integridad de los jueces y los escándalos surgidos en el mismo seno del Poder Judicial, Subero Isa afirmó que a su salida se produjo “una especie de dejadez” en los controles internos y entiende que eso contribuyó mucho a que los jueces malos, que dijo son la minoría, entendieran que les habían dado libertad y licencia para hacer lo que no debían.

Explicó que posiblemente en su gestión de 14 años frente a la Suprema Corte de Justicia ocurrieron muchos casos, pero detectaban la mayoría por los controles internos que se tenían implementados.
Mencionó un mecanismo que desarrollaron con el apoyo de la Usaid llamado ‘Sistema de Integridad Institucional’, mediante el cual hacían que los jueces tomaran talleres de sensibilización y luego debían firmar una carta compromiso que quedaba registrada.
Subero Isa consideró que si se lograra implementar ese sistema, aunque no fuera en un 100% ayudaría porque hay un compromiso institucional en la aplicación del mismo.
“Y yo creo que de una manera o de otra se ha deteriorado el sentido de pertenencia, ese sentido de pertenencia con la institución, ese compromiso institucional que debe ser un valor de primer orden se ha ido deteriorando y eso hay que recuperarlo”, indicó.
Señaló que no se puede tener una buena administración de justicia si, en lo que corresponde a los jueces, estos no sean probos, honestos e íntegros.
Otro mecanismo que dijo que tenían implementado para fiscalizar a los jueces es que cada año estos tenían que hacer una declaración jurada y si el departamento de inspectoría determinaba que había un incremento en el patrimonio que no se pudiera justificar con los ingresos que recibía, de inmediato ese magistrado entraba en estado de duda.

destituidos A LA JUSTICIA
Al ser cuestionado sobre si entiende que los jueces destituidos por faltas graves deben ser remitidos a la justicia ordinaria, Subero Isa dijo que es una debilidad y que en el último tramo de su gestión así se decidió, pero que se encontraron con la realidad de que muchas de las causas que motivaban el proceso disciplinario no contenían las pruebas suficientes para la realización de un proceso penal.
“Pero creo, y es saludable para los jueces, que en la medida de que una falta constituya al mismo tiempo un ilícito penal, debe ser sometido a la administración de justicia”, expresó el jurista en declaraciones a HOY.