POR FERNANDO QUIROZ
El presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Jorge Subero, advirtió ayer que la primera libertad que suprime la  intolerancia política es la de prensa, y el primer poder del Estado que sucumbe es el judicial. 

 “En fin, nos quedamos sin información independiente y sin un órgano capaz de restablecer el equilibrio roto y de vencer la fuerza material de Estado”, dijo el funcionario judicial al pronunciar las palabras de apertura en la conferencia hemisférica “Poder Judicial, Prensa e Impunidad”. 

Consideró que el enemigo más peligroso para la prensa y el juez es la intolerancia porque conlleva la pérdida de la independencia de funciones, precisó, en el encuentro coordinado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que preside el periodista Rafael Molina Morillo.

  Dijo que en el caso de la prensa implica la censura y lo que es peor, la autocensura, y con relación al juez, la pérdida del equilibrio al momento de tomar una decisión.

 “La intolerancia provoca violencia y agresiones físicas que muchas veces originan la muerte”, precisó.

Tanto en el caso de la prensa como del juez la no sanción contra esos actos produce frecuentemente una inaceptable impunidad que sirve de caldo de cultivo para que los mismos se repitan.  La prensa y el juez tienen varios puntos en común, y a ambos sectores se les atribuye, cuando ejercen sus funciones, fomentar la delincuencia.

A la prensa porque difunde y destaca los acontecimientos que han ocasionado el hecho repulsivo y mientras mayor sea la cobertura que se le da, mayor será la “acusación”.

 En tanto, al juez porque al aplicar la ley, al dirimir el conflicto generado en la comunidad, no satisface las expectativas que cada uno se forma sobre la base de su  particular interpretación de la ley.

“Para muchos parecería que si la difusión por parte de la prensa del hecho y sin la aplicación de la ley por los jueces, no se generarían delitos y conflictos en la sociedad”,

Y se preguntó: ¿“tienen la prensa y el juez la culpa de que más de una tercera parte de la población del mundo viva en la pobreza, con menos de un dólar por día, menos que el subsidio a cada cabeza de ganado a Europa?”

Subero Isa vio en los medios de comunicación  un excelente auxiliar de la justicia en la medida que contribuyen a una mejor y más ponderada y juiciosa administración de ella por parte de sus funcionarios.

Consideró que la justicia ha dejado de ser edificios de mármol, impenetrables, libres del escrutinio de la sociedad, una especie de caja negra en la que entraban acusados y salían culpables o inocentes, estatuas de ojos vendados, mucho latín y escenario de eternas e incomprensibles discusiones entre especialistas.