Subregistro educación especial constituye reto para sistema académico

Subregistro educación especial constituye reto para sistema académico

Fachada Ministerio de Educacion. Hoy/Fuente Externa 11/8/17

Inclusión. Pasos firmes hacia adultos independientes


Lograr que los niños con necesidades especiales puedan acceder a una educación de calidad y en igualdad de condiciones constituye el principal reto de la Dirección de Educación Especial del Ministerio de Educación, que en el recién finalizado año escolar contaba con una matrícula estudiantil de 7,532.


Lucía Vásquez, directora de la dependencia del Minerd, explicó los esfuerzos que realizan para identificar los niños con condiciones especiales no escolarizados.


Expresó preocupación por el subregistro, tras indicar que muchos padres ocultan o esconden a sus hijos con discapacidad.


En ese contexto hizo referencia a la importancia de sensibilizar a las familias con relación a la necesidad de insertar a ese segmento de la población en la sociedad, de manera que sus derechos no sean vulnerados.
De los 48 centros públicos y semioficiales con educación especial, 21 están dirigidos a tratar sordos y el resto para cualquier otro tipo de necesidad.


Al hacer referencia a la importancia de prestar atención a esta población, citó el caso de La Caleta, en Boca Chica, donde acudió a visitar a un niño no vidente, pero estando en el lugar se enteró de que en la zona hay más de 60 menores en con esta condición.

Situación similar vivió en Moca. “Cada día cuenta”, dice la funcionaria con firmeza y convencida de que el reto es grande, pero no imposible.

Articulación

Talleres laborales
Lucia Vásquez, de la Dirección de Educación Especial del Ministerio de Educación, informó que trabajan en la articulación de proyectos con el Consejo Nacional de Discapacidad (Conadis) y otras instituciones que luchan por la defensa de los derechos de los niños especiales, a fin de ofrecerles diferentes tipos de asistencia.

Proyecto.
Explicó que en Santo Domingo Este, comenzará a funcionar en tres meses una escuela laboral para jóvenes con autismo severo, con edades entre 15 y 22 años, de manera que adquieran independencia. Es un plan piloto. En esos talleres laborales se impartirán manualidades, estilismo, informática, música, entre otras.

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