¿Subsidiada o no? Con la gasolina ahora falta claridad

¿Subsidiada o no? Con la gasolina ahora falta claridad

La congelación contra las alzas al detalle de combustibles venidas del exterior ha ejercido protección al consumidor por bastante tiempo yugulando un facto inflacionario. Esto, al fragor de anteriores encarecimientos del petróleo que ahora tiende a cotizaciones en pausa y retroceso; por una razón: la economía mundial ha entrado en desaceleración, la lucha contra la inflación ha comenzado a dar frutos y los bancos centrales se mantendrán a la ofensiva para que la condición favorable de los mercados dure algo. Un panorama energéticamente positivo con una tendencia a la baja del crudo y de otras materias primas para primordial alivio de las economías pequeñas y medianas. Tras seis semanas consecutivas de descenso en costos internacionales, la gasolina refinada que el país importa debería ya estar reflejando unas bajas que no aparecen en las pizarras de los distribuidores nacionales. Una reducción de precios que tendría un benéfico y generalizado efecto sobre miles y miles de presupuestos familiares y de entes productivos.

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Es cierto que la era de los carburantes baratos está superada y que el país debe evitar que bajas estacionarias incentiven dispendios. Ninguna situación transitoria o de mediano plazo debe generar usos irresponsables de los derivados. Por eso, la economía por importación no tiene que ser transferida ciento por ciento a los compradores. El Fisco debe recuperar ingresos por impuestos y la comercialización de Refidomsa.